Parte IV, Capítulo 13

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El hotel estaba cerca y casi corrieron a el. Subieron a su planta y nada más cerrar la puerta sus labios ya se buscaban hambrientos. Caminaron hacia la cama mientras que sus manos tiraban de la ropa ajena. Tom le quitó la cazadora a Bill, y Bill logró deshacerse de la camiseta de Tom.

Siguieron andando hasta que sus piernas chocaron contra la cama y cayeron sobre ella entre risas ahogadas. Esa pequeña interrupción pareció "despertarles" y se quedaron mirando tumbados de espaldas en la cama.

— ¿Quieres hacer el amor?—preguntó Tom con la mirada clavada en el techo.

Bill se giró con pereza y se le quedó mirando antes de contestar. Veía su agitado pecho subir y bajar, no se lo pensó dos veces y puso la palma de su mano a la altura del corazón de Tom, sintiendo esa cicatriz que le recorría de abajo arriba recordándole que algo prestado latía dentro.

— ¿Bill?—llamó Tom incorporándose.

—Hazme el amor...Tom—dijo Bill con firmeza.

Tom asintió sonriendo y sentándose en la cama le ayudó a desnudarse. Le sacó la camiseta que Bill aún llevaba mientras que él se descalzaba usando los pies. Luego le llegó el turno al pantalón, que desabrochó con dedos temblorosos. Bill le ayudó alzando las caderas y moviendo las piernas. Se lo quitó arrastrando con ellos su ropa interior y segundos después le tenía desnudo ante sus ojos sin ningún pudor.

Se levantó de la cama y él mismo se desnudó sin apartar los ojos de los de Bill. Era como si estuvieran hipnotizados, en sus oídos aún resonaba la última canción que bailaron juntos, era como si una idea flotara en el aire y ellos debieran obedecerla.

"Tonight I'm loving you..."


Una vez desnudos del todo, retiraron a un lado las sábanas de la cama y se tumbaron de costado mirándose con las respiraciones agitadas. Tenían miedo de tocarse y que uno de los dos se esfumaran.

Tom fue el primero en moverse, levantó una mano y la puso en la cintura de Bill. Le acarició con suavidad sintiendo como se estremecía bajo su contacto. Fijó los ojos en sus jugosos labios, separados para dejar escapar ese cálido aliento que sentía rozar su piel.

—Hagamos el amor—susurró Bill acercándosele más.

Tom asintió y se giró lo suficiente para abrir el primer cajón de la mesilla, donde esa misma tarde había dejado a mano todo lo necesario por si acaso. Lo cogió y se lo enseñó a Bill, alzando una ceja al verle negar con la cabeza.

—Eso no nos hará falta—murmuró Bill señalando los condones.

Tom asintió conforme y los tiró por encima de su hombro. Dejó el tubito de lubricante a un lado y entonces se movió de nuevo. Atrajo más a Bill hacia su cuerpo y se fundieron en un profundo beso. Sus manos se movían como si tuvieran vida propia, tocando y acariciando el cuerpo contrario, tocando lugares que nunca habían tocado antes.

Gemían descontrolados, ambos estaban hambrientos y no querían esperar más tiempo. Bill fue el que se movió primero esa vez, levantó una pierna y la puso sobre Tom rodeando su cadera. Le dejaba un mejor acceso a su cuerpo, y Tom no se lo pensó más. Cogió el tubito de lubricante y abriéndolo esparció una generosa cantidad en sus dedos.

Llevó esa mano a las nalgas de Bill y se las separó, untando de lubricante su entrada. Sintió que eso le gustaba a Bill, sus labios se habían separado y le veía gemir mordiéndose el labio.

—Avísame si te hago daño—murmuró colando un dedo dentro de su cuerpo.

Bill asintió y se relajó todo lo que pudo. Le gustaba lo que le estaba haciendo, eran muchas sensaciones las que le abordaban en esos momentos. Había dejado atrás el miedo que no podía evitar sentir al pensar que iba a ser su primera vez y le podía doler, en su lugar se había instalado una pasión desenfrenada.

Listen to your HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora