••• POV Piper •••
Es sumamente difícil apartar esa sonrisa de mi mente incluso cuando no está cerca, más aún cuando la tengo justo frente a mí, mofándose seguramente de mi nerviosismo por explicarle algo de la mejor manera y rogando a todos los cielos que no se de cuenta de lo que aún a estas alturas me hace sentir por más que lucho en ignorar cada chispa que me eriza la piel.
Trato de ser dura con ella, de no dejarle ver ni siquiera un gramo de humanidad en mí, porque la conozco y sé que de cualquier mínima amabilidad de mi parte, Alex va a tomarse para pretender faltarme al respeto con sus bromas tontas o esas sonrisas con las que sabe que puede conseguir cualquier cosa, pero no conmigo. Oh no. Yo ya no voy a permitir que me deslumbre como si fuera una boba polilla avanzando hacia la luz, igual que lo hacía años atrás.
Siento su cercanía y trato de no notar ese aroma a misterio y seducción que emana de ella.
Es como si fuera su propio perfume, su esencia, y con ella consiguiera adormecer de a poco mi razonamiento que siempre es la base de todo tipo de relación social para mí al menos.Y de esa misma manera en que los ratones huelen a los gatos, y tan sólo ese olor desencadena una reacción emocional automática de miedo, que puede ayudarles a salvar la vida, así mismo estoy yo pretendiendo alejarme de ella, de los recuerdos que su aroma me trae y las sensaciones que se desencadenan en mi piel. No es que le tenga miedo, no a ella, si no a todo lo que puede hacer conmigo, porque sin siquiera pretenderlo me está haciendo perder la cabeza.
Y cabe mencionar que lo que huelen realmente los ratones es una proteína muy concreta presente en la saliva de los gatos, y yo recuerdo no solo el aroma, si no el sabor de su saliva que me embriagaba y me hacía sentir a su merced.Hace tiempo fui una especie de ratón para ella, como si hubiera solamente planeado tenerme de diversión entre sus garras hasta hartarse y aburrirse, entonces, simplemente me dejó ahí. Abandonada, sola y herida, sin importarle detenerse a ver si iba a sobrevivir siquiera, no tuvo nada de consideración conmigo a pesar de haberme jurado que me amaba tanto, mucho más que a su propia vida y yo le creí.
Quizás fui muy tonta, tal vez me sentía muy enamorada o simplemente estaba deslumbrada por la manera en que me devoraba y no solo físicamente, si no en todos los sentidos, porque Alex era experta en hacerme sentir como jamás me había sentido antes e incluso ni siquiera ahora, años después de nuestra fallida relación.Le doy unas cuantas indicaciones y trato de no mirarla demasiado a los ojos porque no quiero sentirme turbada. Tengo que tener confianza en mí misma para que ella vea que yo soy la líder y que debe hacer caso a lo que le estoy diciendo, porque no es una simple sugerencia, si no más bien, es una orden.
Hace años las cosas habrían sido al revés, y que bien se siente ser yo la que está mandando y ser la cima de toda la pirámide sobre ella, porque ya no puede hacer conmigo lo que se le da la gana, ahora soy yo quien lidera el asunto y eso es magnífico.Pero mi reinado basado en lo poderosa que me siento justo ahora se ve opacado por la osadía en esa sonrisa torcida que ahora se está luciendo sin importar lo que acabo de decirle. ¿Es que nunca puede tomarse nada en serio? Simplemente no puedo permitirle este tipo de cosas, tengo que hacerle ver que sin importar cómo fueron nuestros papeles hace años, ya no es así.
—¿Puedes decirme cuál fue el chiste que dije?— le gruño queriendo solo golpearla.
—Ninguno.— puedo distinguir aún un atisbo de su sonrisa burlona incluso aunque ella baja la mirada —Solo pensaba en lo bien que conoces mis manos.
Por supuesto que conozco a la perfección esas benditas manos que tantos momentos increíbles le trajeron a mi cuerpo.
¿Cómo voy a olvidarme de las veces en que le repartir besos dedo por dedo solo para llevar su mano justo allá abajo y montarla como un puto animal sin respeto? Amaba sus manos, y esos largos dedos que se enterraban en mí una y otra vez sin preguntar y sin pausas.
Adoraba sentir sus caricias por todo mi cuerpo, degustar de cada uno de los masajes en mi piel y sí, claro que conozco bastante bien esas maravillosas manos que hacen prodigios, pero no puedo permitirme pensar en ellas ni hacer caso a lo que Alex está diciendo solo para incomodarme.
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OLVÍDATE DE MÍ
Fanfiction«Si hubiera sabido que esa era la última vez que íbamos a estar abrazadas muy cerca, la última vez que estarías durmiendo a mi lado mientras te contemplaba en la oscuridad, o que ese era el último beso en el que nuestros labios se iban a unir, aún e...