33. Tengo que serlo

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••• POV Alex •••

Debería haber dicho que no, ni siquiera me debería haber detenido a considerarlo, pero, ¿has escuchado de esos parásitos que entran en el cuerpo de algún insecto y le quitan su voluntad propia volviéndolos prácticamente zombies? Bueno, en esa anécdota de la naturaleza, Piper es el parásito y yo soy el insecto zombie.
Suena mal, pero no encuentro una mejor forma de explicar cómo me estoy sintiendo justo ahora que camino tras de esta rubia hasta la habitación del yate.

El sitio es pequeño, aunque no está nada mal y no es como que Piper me haya dicho específicamente que vengamos a ver la decoración de la habitación.
A penas entramos me siento nerviosa, es difícil solo pensar en las palabras que ha dicho y en la manera que se ha expresado, porque me sigue sonando a una despedida.

Sus ojos me miran de esa forma en que solo ella puede hacerlo. Con amor que se convierte en calor y que incendia cada centímetro de mi cuerpo haciéndome sentir amada y también deseada.
No puedo negarme a cualquier cosa que ella me pida, porque estoy siempre deseando complacerla, incluso cuando no quiere que lo haga y no puedo evitarlo.

Ambas permanecemos en silencio, pero es Piper quien comienza a acercarse a mí con cierto aire de timidez que se ve expulsada luego de que sus labios se unen a los míos y ella misma lleva mis manos hacia sus pechos, deseosa y llena de ansiedad por sentirme, porque la haga mía como tanto he estado deseando últimamente.
Sé que no quiere esperar, que desea sentirme con prisa, pero yo quiero llevar las cosas con calma y disfrutar de ella, de nosotras.
Envuelvo mis manos en su espalda atrayéndola más a mí en un beso ferviente que nos hace arder como las llamas en una chimenea. Nuestros labios chocan con un poco más de frenesí, y justo ahora no hay nada dócil en la forma en que nos estamos besando.
La coreografía en que nuestras lenguas danzan dentro de su boca, girando alrededor y saboreando la saliva de ambas como un elixir de pasión, es nueva, pero parece como si la hubiéramos hecho un montón de veces, porque ambas somos participantes activas y estamos por demás coordinadas.

Sus manos inquietas también se deslizan sobre mí. Siento un poco de vacilación en ella, en la forma casi cautelosa en que me acaricia los pechos, pero me encanta.
Aprieta con intensidad logrando arrancar mi boca de sus labios para gruñir por lo bajo, y mis manos cobran vida acariciando su espalda y un poco más abajo, así que nos hago caer en la cama y nuestro beso continúa subiendo las pulsaciones de mi ya agitado corazón.

Deslizo mis labios por su barbilla y mi lengua se deshace por saborear cada poro de su piel que dócil se entrega a mí.
Marco un camino de besos por su pulso y mis manos se aferran a su cadera encajando mis uñas y buscando controlarme un poco, pero con la maravilla que Piper es, sinceramente me resulta imposible.
Y me vuelvo aventurera levantándole el vestido por sus preciosos muslos que se erizan al contacto con mis manos, y me doy cuenta de que es jodidamente difícil mantener la concentración cuando sus manos se mueve hábilmente sobre mis senos que sé, la vuelven loca. Y no puedo evitar que mis manos tiemblen al subir su vestido enroscándolo en su cintura, pero no es suficiente, muero por encontrar la cremallera. A la mierda esto de la calma.

La miro a los ojos y mi pecho se llena, no solo de lujuria si no también de este amor que me está sofocando. Ella permanece en silencio, solo esperando y una sonrisa cínica se dibuja en mí mientras paso la lengua por mis labios saboreándome ya lo delicioso de su ser que he tenido tantas veces, pero no deja de ser mi sabor favorito.
Y despacio, la hago arquearse un poco para comenzar a desabrochar el cierre de su vestido y darme más espacio para tocarla.

Mis manos se deslizan hasta sus rodillas, apoyándome momentáneamente por completo sobre su cuerpo, las levanto y apoyo esos sexys tacones en el colchón mientras me quedo maravillada por su disposición a dejarme estar entre sus piernas.
Pero no es todo, ella está lista para desnudar mi cuerpo de la misma forma en que ha estado desnudando mi alma, y sus manos se apresuran a jalar mi camiseta que pronto sale de mi torso, pero no es suficiente, ella va directo a desabrochar mi sostén también, dejando mis tetas frente a ella, víctimas de la gravedad.

OLVÍDATE DE MÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora