OLVÍDATE DE MÍ

39. Perteneces conmigo

••• POV Alex •••

¿Sabes que los pingüinos eligen una pareja para toda la vida? Las relaciones de los pingüinos suelen ser monógamas y duraderas. Forman parejas estables y se cuidan mutuamente en la crianza de sus crías, es decir, eligen con quién pasar el resto de su vida.
Si un pingüino pierde a su pareja, puede pasar por un período de duelo. Algunos pingüinos buscarán una nueva pareja, mientras que otros pueden quedarse solos durante un tiempo antes de encontrar una nueva pareja o morir.

Y bueno, no es que tenga precisamente las intenciones de morir, pero eso de encontrar una nueva pareja no ha sido más que una distracción para todo el desastre que Piper está dejando dentro de mí.
Por lo que debo decir que dejarla en ese auto fuera de mi edificio luego de hacer el amor como salvajes y recordarnos a quien le pertenecemos no ha sido precisamente la tarea más sencilla que he llevado a cabo en mi vida.

Sus ojitos azules estaban llenos de lágrimas de la misma forma en que he odiado verlos siempre, porque no hay nada que me duela más que verla sufrir y peor aún, cuando eso es por mí.
No puedo lidiar con el sentimiento de enojo que me invade hacia mí misma y tampoco ante la tristeza que me causa el hecho de que Piper se esté comportando así, como si no me hubiera dicho una y otra vez que siempre iba a elegir a su esposa.

Es normal que decida que quiere a la perfecta Zelda, porque de alguna manera ella estuvo a su lado cuando yo no, y más aún con quién creó ese maravilloso niño que tantas veces he deseado que sea mi hijo, pero duele tanto solo pensar que, de haber estado en primera fila en su vida, ahora he llegado tarde y no puedo regresar el tiempo ni deshacer las cosas que pasaron en mi ausencia.

Es una noche larga, pero no tengo ganas de ver a Artesian, así que simplemente me decido a beber lo último de vino que me queda en el refrigerador y terminar de empacar para ese viaje que me gustaría estar haciendo con alguien más.
Ella quiere verme, me lo ha estado diciendo todo el día, puesto que ha comprado ropa de montañismo para ambas y quiere mostrarme lo combinadas que iremos. Como un par de putas muñecas Barbie, y ni siquiera eso me interesa.
Mañana me voy a otro continente y la idea me resulta tan complicada de asimilar que no quiero pensar en ello.

Piper se va anclando cada vez más a mis sentidos, es como si el alcohol en vez de ayudarme a borrar cada una de las cosas que necesito nublar de mí, se hiciera más y más nítida su imagen.
Necesito deshacerme de la idea de que sus palabras pueden ser verdad esta vez, que tal vez ahora está hablando en serio cuando dice que me ama y que quiere una oportunidad conmigo.
Pero, ¿y si no es así? Qué hay si la rubia solamente quiere asegurarse de que no voy a dejar de cogérmela y a llenar ese vacío que su insípida esposa no le llena. El desengaño va a ser todavía peor si es que eso es así.

A la mañana siguiente mi estómago está helado y mis ojos arden por las lágrimas y la falta de sueño que taladra mi cabeza se forma insistente.
Pero no hay manera de que me quede más tiempo en la cama, porque Artesian va a tocar a la puerta en cualquier momento y necesito estar lista para no perder el vuelo, para que las cosas salgan tal cual y las hemos planeado y yo pueda irme lejos de aquí.

La ducha me quema la piel con el frío de cada gota, y mi cuerpo pesa con cada segundo que pasa porque sé que me voy a ir lejos y no precisamente porque piense que es lo mejor, si no más bien porque no creo resistir ni un solo instante más que el amor de mi vida tenga ahora a una mujer que es el amor de la suya.

El timbre suena mientras me ato las botas y sé bien que debe ser ella.
Un suspiro sale de mis labios mientras me apresuro hacia la puerta para que el jodido timbre deje de lastimarme los oídos, y su rostro sonriente me hace sentir más jaqueca aún.

—¿Te han dicho que por las mañanas estás mucho más preciosa?— dice besándome en la mejilla —¿Estás lista? Ya tengo tu ropa empacada.

—No...— digo como respuesta a su primer pregunta y luego continúo con la segunda —Y sí.