OLVÍDATE DE MÍ

29. ¿Estabas con ella?

••• POV Piper •••

Las palabras de Alex se quedan clavadas en mi cabeza mientras camino dando zancadas hasta mi auto.
No debería siquiera haber venido, pero las ganas de estar en sus brazos me ganaron y mi corazón no pudo resistir a volver a latir con tanta vitalidad como cuando estoy cerca de ella.

Sé que no merece ser la otra en esta relación absurda, que se merece que le den su lugar, pero yo justo ahora no puedo darle eso.
Cuando enciendo el auto echo el último vistazo hacia el departamento de Alex y suspiro. Esto no salió ni siquiera un poco como yo me lo esperaba, y a pesar de todo, y aunque Alex haya usado esas palabras tan hirientes que no considero merecer, lo único que quiero es volver allá y decirle lo que siento por ella, aunque me lo he estado negando.

Pensarla como una niña pequeña siendo abusada de esa manera tan terrible me parte el corazón. No puedo evitar sentir cierta frustración porque yo no pude hacer nada por ella, e incluso ahora, parece que no puedo hacer nada y eso me jode terriblemente.
Alex no merece sufrir así, ni siquiera por lo que sucedió hace años y que ahora me queda más claro.

Estaciono en casa, pero no entro.
Tengo demasiadas cosas en mi cabeza, así como lágrimas en mis ojos y no puedo lidiar con el dolor que siento por ella, por su pasado.
La odié de forma deliberada por años, me pasé la vida sintiéndome enojada con ella mientras en su silencio sufría por mí y por ella.
Sé que mis sentimientos de abandono proveniente de su desaparición son válidos, porque yo no tuve una explicación y porque simplemente tuve que lidiar con mis problemas de salud y de todo tipo sin ella, sin el amor de mi vida.

Alex me dejó y no fue su culpa.
Quisiera haber sabido al menos lo que ocasionó que me dejara, saber todo ese dolor que estaba escondido detrás de tanto sexo, drogas y esa mujer ruda que podía arrancarme las bragas en un elevador lleno de personas sin el más mínimo remordimiento.
El pecho se me ahonda con un terrible sentimiento de vacío, algo que no me permite dejar de llorar por ella.

¿Cómo alguien es capaz de dañar a una niña de esa manera? ¿Y cómo su madre no va a hacer nada por ayudarla?
Me imagino en lugar de esa mujer, de la madre de Alex, y yo habría ido hasta las últimas consecuencias si alguien le hubiese hecho daño a Zac de cualquier forma.
Yo no habría dejado las cosas sin resolver, habría exigido justicia o la habría hecho con mis propias manos.
Solo quiero abrazarla y decirle que todo va a estar bien, darle contención, esa misma que no tuvo cuando era pequeña.

Y por otro lado, está la parte de sus palabras hirientes que me hicieron alejarme de ahí.
Ella dice que no la estoy ayudando, si no todo lo contrario y no quiero eso.
Jamás he pretendido hacerle daño, ni siquiera cuando ella misma fue quien me lo hizo a mí primero.
Nunca he buscado vengarme o hacer algo en su contra, porque el cariño que siento por ella es más grande que cualquier otro mal sentimiento.
Pero entiendo por qué lo dice.

Alex no merece estar en el lugar de amante, ella es tanto que ni siquiera debería aceptar estar así conmigo.
Ella es una mujer tan maravillosa en todo aspecto que me avergüenza haberla empujado a esto, al sitio en que debe ocultarse para amar y ser amada.

No quiero complicar las cosas para ella, y lo menos que quiero es empeorar su dolor. Pero tampoco creo tener las fuerzas de alejarme de ella, porque sinceramente es la luz que le faltaba a mis días y no hoy a ser capaz de dejarla ir otra vez.

Con la mayor quietud que puedo, bajo del auto y me permito entrar a casa sin hacer demasiado ruido.
Están por dar las seis de la mañana y el sol está comenzando a salir, mientras me escurro en la sala de mi propia casa fingiendo que está bien y que no debería tener miedo a ser atrapada.
Y justo ahora no me apetece meterme sola a la fría cama de huéspedes.