VI

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Lo primero que noté al entrar a mi casa fue que mi hermana no estaba sentada en el comedor con su libro. Me extrañó, obviamente, Chaeyoung todos los días se sienta en la mesa y se sumerge en su mundo de literatura durante horas sin que nada ni nadie tenga la capacidad de desviar su atención. Estuve merodeando por la sala de estar, no habían señales de ella.

Me dirigí a la cocina, encontrándome con mi madre llevando su delantal celeste mientras cortaba en rodajas una zanahoria, uno de los complementos del almuerzo el cual parecía ser alguna sopa. Toqué su hombro con mi dedo índice con tal de que pudiera notar mi presencia, pero ella en ningún momento se dio la vuelta para verme y saludarme. Solamente continuó cortando el vegetal mientras me dirigía la palabra.

—¿Cómo te fue, hijo?

—Bien, supongo. —Le contesté, sin mucho interés en entablar una conversación con ella—. ¿Dónde está Chaeyoung?

—En su habitación, creo que trajo a alguien. No lo sé, pero era una persona más alta que ella. —comentó. Inconscientemente levanté una ceja de la curiosidad, ¿quién podía ser esa persona?

Abandoné la cocina y me dirigí a las escaleras, antes de visitar la habitación de Chaeyoung entré en la mía y tiré mi mochila en la cama. Caminé unos pocos pasos hacia la puerta que daba al cuarto de la mayor y golpeé dos veces, en espera de alguna respuesta.

A los pocos segundos, Chaeyoung abrió la puerta y en el interior de su cuarto logré encontrar con la mirada a una chica pelinegra. La había visto con anterioridad aquí en la casa y también en la universidad de mi hermana, la conozco ya que estudia con ella y, si no mal recuerdo, su nombre es Mina; aunque la mayor parte del tiempo, mi hermana se refiere a ella con el pseudónimo "Minari".

—Hola, Ji. ¿Cómo te fue en la escuela? —Me preguntó con un tono de voz relativamente bajo, transmitiendo a través de ella su desánimo.

—Bien. Minho me trajo en su motocicleta, supongo que ya somos amigos. —Sonreí levemente ante la ocurrencia—. ¿Trajiste a Mina? ¿Están haciendo la tarea juntas? —pregunté, con curiosidad de lo que Chaeyoung me respondiera.

Su sonrisa se desvaneció en cuestión de segundos, reflejando a través de sus ojos oscuros una tristeza que ella ya se encontraba sintiendo incluso antes de que yo llegara a tocar su puerta. Había tenido una conversación con Mina en la que estaba más que claro que había una mala noticia detrás.

—Minari se cambiará de universidad, se irá a estudiar a la ciudad. Estaba despidiéndome de ella, esta será la última vez que estará aquí. —explicó Chaeyoung, mientras ladeaba la cabeza hacia atrás y le dedicaba una mirada a la chica pelinegra.

Incluso a mí me entristecía un poco el hecho de que Mina se marchara; Chaeyoung solía traerla una o dos veces a la semana y yo ya estaba más que acostumbrado a su presencia en este lugar. Mi hermana y ella eran demasiado amigas, se habían conocido este mismo año en la universidad, cuando Chaeyoung comenzó a estudiar su carrera de psicología. Desde entonces, han estado juntas todo el tiempo y Mina es para Chaeyoung como su segunda hermana, ambas comparten una conexión especial.

—Oh... Ya veo. —respondí en voz baja ante la explicación de la rubia. Supongo que Mina, al igual que ella, está desanimada por el hecho de que se irá pronto.

—Ya no tendrás que seguir soportándome, Ji. —soltó Mina con un tono divertido. Reí suavemente, negando con la cabeza en señal de que ella se equivocaba.

—Para nada. Fue bueno tenerte aquí. —Le dije aún conservando mi sonrisa para ella. Mina era una chica muy agradable y, por supuesto, muy atractiva. Me pregunto cómo es que sigue soltera teniendo un tan bonito rostro.

Pecador [ Minsung ] [ ✓ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora