«MINHO»
El último acorde de la guitarra resonó en el aire cuando rocé las cuerdas con la yema de mis dedos. No había sido el mejor acorde y era distinto al que sería el original de aquella canción, pero la razón de porqué no había estado tocando la guitarra ni cantando de manera correcta en los ensayos de hoy era porque no me encontraba bien después de lo que había ocurrido ayer con Jisung en el campamento.
No podía dejar de pensar en ello. Me afectaba aún más cuando me encontraba ensayando para algo importante, para varias presentaciones que podrían semejarse a un concierto; pero no las consideraba tan importantes como el futuro que nos deparara a mí y a Jisung. ¿Qué pasará con nosotros?
Reposé la guitarra en la pared y me senté en el suelo, al lado de ella. Di una bocanada de aire sólo para soltarlo en un pesado suspiro que no me ayudaba en lo absoluto a resguardar siquiera un poco de tranquilidad. Changbin aún sosteniendo su bajo caminó hacia mí, observándome con cierta preocupación en su mirada.
—¿Todo bien, hermano? —preguntó. Subí la vista y centré mis ojos en los suyos, le di una sonrisa que no era de felicidad exactamente.
—Sí, es sólo que me siento algo cansado. —Me levanté del suelo y tomé el mástil de mi guitarra para proceder a guardarla en el estuche y colocarla en mi espalda—. Mañana y el martes vamos a practicar un poco más después de clases, lo hicieron bien por hoy.
Cuando me dirigí hacia el portón del garaje y tuviera la oportunidad de abrirlo, Dahyun colocó su mano sobre mi hombro. Me di la vuelta buscando su rostro, ella se veía incluso más consternada que Changbin. Bueno, tiene una especie de talento para leer el rostro de los demás y yo no me había salvado de ser su víctima.
—No te ves bien, Min. ¿Te fue bien en ese campamento? ¿Esos cristianos te criticaron?
—No, no. Me la pasé con Jisung todo el día, nos dormimos algo tarde y por eso es que estoy cansado. Estaré bien —. Expandí mi sonrisa ante la chica. Ella todavía no se veía tan convencida con mi respuesta pero no continuó preguntando, solamente quitó su mano de mi hombro y me permitió irme.
Abrí el portón del garaje de Changbin y lo cerré nuevamente una vez que estuve afuera, caminé hasta mi moto y, antes de montarla, acomodé mejor el estuche de mi guitarra en mis hombros.
Subí al vehículo y lo encendí, comenzando de ésta forma con el viaje hacia una casa que no era la mía realmente. No sabía si sería buena idea buscar a Jisung, tal vez si fuera su madre la que me abriera la puerta se quedaría bastante extrañada.Pero no podía evitar pensar en él después de lo que había ocurrido anoche, no solamente nos habíamos besado; habían ocurrido más cosas de las que posiblemente Jisung se estaba arrepintiendo en éstos momentos. Ni siquiera podía saber qué era lo que quería yo, si arrepentirme, olvidarlo o hablar con el rubio cenizo sobre el tema. Aunque, veía el último punto como algo imposible, Jisung quizás trataría de evadir lo sucedido a toda costa.
Él era cristiano, veía las relaciones homosexuales como algo "antinatural" por el hecho de que no era el típico vínculo de hombre-mujer. Repudiaba totalmente a esas personas cuando incluso él mismo sabía que era parte de ellos.
No era el único; yo también pertenecía a su misma minoría y ni siquiera lo sabía. Estaba confundido con respecto a mis sentimientos hacia Jisung porque nunca me había interesado por un hombre, quizás sí haberme sentido atraído, pero jamás me había enamorado de uno. Mi enamoramiento hacia Jisung estaba más que claro, estaba seguro de que él me gustaba después de lo que hicimos anoche.
Mi corazón se contrajo en cuanto me encontré a mí mismo con mi moto estacionada en la vereda de la casa de Jisung. No tenía la valentía de bajarme, tocar su puerta y preguntarle qué haríamos con los recuerdos que compartíamos de ayer.
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Pecador [ Minsung ] [ ✓ ]
RomanceHan Jisung, un adolescente de 15 años que cumple el rol del miembro más menor de una familia extremadamente religiosa. Durante toda su vida le enseñaron a ser un fiel devoto cristiano, lo cual ha influenciado en su forma de pensar y de ver la vida...