XXXII

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Al terminar las clases, no fue una sorpresa ver que Felix saliera corriendo del aula en busca de Tzuyu. Desde la semana pasada que la ha estado buscando para hablarle sobre quien sabe qué y no nos ha dicho absolutamente nada a mí, a Hyunjin o a Jeongin. Gracias a su sospechosa cercanía a Tzuyu, no sé mucho de Lix últimamente.

Hyunjin iba detrás mío y tocó mi hombro, me di la vuelta en mi lugar y lo observé con curiosidad. Se veía avergonzado, como si se arrepintiera de algo que hubiera hecho.

—Sung. Antes de que comenzaran las clases lograste hablar con Seungmin, ¿verdad?

—Sí. Si quieres saber qué me dijo, puedes ir y preguntárselo tú mismo —. Me molestó ligeramente el hecho de que fuera justamente Hyunjin el que me preguntara sobre Seungmin. No se me olvidaba para nada lo que había dicho sobre él la semana pasada.

—Amigo, de verdad lo lamento. En serio me arrepiento de haber dicho eso sobre él, incluso... Jeongin trató de explicarme, pero se enfadó conmigo cuando seguí cerrándome al tema.

Mi entrecejo fruncido se relajó al escucharlo. No se notaba que estuviese mintiendo, Hyunjin realmente parecía arrepentido y, aunque llegué a pensar que era un idiota cuando fue irrespetuoso con Seungmin, no era un mal tipo. Eso sí, lo que dijo sobre Seungmin no estuvo nada bien y no era yo con el que debía de disculparse en esta situación.

—Hyunjin, lo que dijiste de él no fue nada agradable. Déjalo vivir y que haga lo que quiera con su vida. —. El mayor abrió los ojos de sorpresa, incluso yo me quedé asombrado con las palabras que acababa de modular—. Yo no soy la persona con la que debes disculparte, es con Seungmin.

El pelinegro tragó saliva y desvió la vista aún sintiéndose apenado, acomodó el tirante de su mochila en su hombro y suspiró. Me sentí mal por un momento, quizás había usado un tono algo agresivo con él.

—Entiendo. ¿Sabes si ya se fue?

—No lo sé. Búscalo en el patio o en el baño, si no está, entonces ya se fue a casa.

Hyunjin asintió levemente con la cabeza, dio un paso cerca mío y me dio una palmada en la espalda en forma de despedida. Caminó hacia el final del pasillo, específicamente hacia los baños y se perdió en ellos.
Aparté la mirada y la centré en la entrada del auditorio, entrada en la cual se encontraban los compañeros de banda de Minho.

Dahyun y Changbin parecieron hablar entre ellos dos por un momento, pero luego miraron a la persona que todavía se encontraba dentro del auditorio y que no hacía presencia en el pasillo.
En el momento que Minho pisó el pasillo y cerró la puerta detrás suyo, mi corazón se agitó y mi estómago se contrajo en un espasmo doloroso. Sentía mis palmas heladas y ni siquiera podía entender porqué me aterraba tanto el tan solo centrar mi vista en el castaño, como si él estuviera por devolverme la mirada en cualquier momento.

Minho ladeó la cabeza hacia su izquierda y lo único que recibí fue una mirada de reojo, una mirada que a través de ella se notaba una profunda tristeza y un persistente cansancio crecientes dentro del mayor. En mi pecho se presenció una punzada, una muestra de dolor al tener sobre mí esos ojos tristes sin vida. Ese no era el Minho que había conocido. Ya no era ese loco motorizado, ya no era ese amigo que me hizo sentir comodidad en más de un momento a solas junto a él, ya no era ese chico que me enseñó a tocar la guitarra. Ya no era Minho. Ya no era nadie para mí.

La cobardía enterrada dentro de mí no me favorecía, me hostigaba, me asfixiaba. Me dominaba y no me permitía reconocer a la persona en la que me había convertido.
Ayer en el espejo del baño miré a ese Jisung totalmente corrupto y enfermo por sentimientos que el simple hecho de tenerlos era algo ilegal y repugnante.
No podía. No podía aceptar lo que había hecho y lo que había sentido con Minho esa noche, no podía dejar de ver cada acción que cometimos como un error que había sido la principal razón de nuestra ruptura amistosa.

Pecador [ Minsung ] [ ✓ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora