XI

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Al bajar las escaleras, está papá esperándome sentado en el comedor para acompañarme a la fiesta. Escribí la dirección de la casa de Christopher en un papel para que de este modo mi padre pueda conocer el lugar al que me llevaría, evitando así que continúe preocupándose por mi paradero y echándole el muerto a mi madre.

También... me encontré con Chaeyoung. Hicimos contacto visual cuando ella estaba acomodando su falda cuadriculada de color negro y rojo con una altura por encima de las rodillas, e inevitablemente ladeé la cabeza con tal de despegar mi mirada de ella. Su ropa era... algo anticuada para mí y mis padres, pero era así como ella disfrutaba vestirse y dudo que nuestra opinión llegue a importarle.

Salió por la puerta hasta alejarse por completo, mezclando su ropa oscura entre el cielo que daba incapié a la noche. No tenía ánimos de cruzar palabras con Chaeyoung, al menos no por ésta noche. No quiero que ella o los chicos estropeen el poco ánimo que me queda, lo estoy reservando para encontrarme con Megan y quizás con Minho, ya que él también estará allí.

Antes de que se me hiciera tarde, le sugerí a mi padre emprender el viaje a la fiesta. No pude ni siquiera despedirme de mi madre gracias al jalón de brazo que el mayor me dio, ella; que estaba esperando un abrazo de despedida desde la cocina con su delantal puesto y con un trapo en sus manos. Su rostro neutral sin reflejar algún tipo de expresión me causó una sensación extraña en el pecho, como si quisiera dar la vuelta para decirle que volveré pronto y sin embargo no lo hice.

Mi padre y yo tomamos el tren, ya que Christopher vivía en la ciudad y afortunadamente no tan adentro de ésta. Ahora podía entender mejor cómo era que tenía tanto espacio y así tener la posibilidad de armar un festejo de gran tamaño, las personas que vivían en la ciudad tenían mejor status que nosotros los pueblerinos.

Disfrutaba del viento soplando levemente mi rostro a través de la ventana, la sensación de frío que inundaba mi nariz y mejillas era una que sin duda me gustaba experimentar. Y justo cuando estoy tan concentrado en ese momento de paz interior, la mano de papá toca mi hombro para llamar mi atención y a mí no me queda otra alternativa más que dedicarle una mirada.

Quedaba una sola parada de tren para llegar a la ciudad, así que sin lugar a dudas mi padre me recordaría eso en éste momento.

—Hijo, ¿te bajas solo?

—Sí. —Me levanté del asiento, antes de dirigirme a la salida le dediqué una última mirada al mayor—. Volveré temprano, supongo que Chaeyoung se quedará más tiempo. —concluí, tomando las barras de metal que se encontraban en el techo del tren para así sostenerme y caminar hasta la salida, finalmente bajando y pisando la ciudad.

Hace un par de años que no visitaba aquí, ha tenido muchos cambios desde la última vez que, junto a Chaeyoung, visitamos una feria en la cual me di cuenta de mi desviación. Ese día nunca podría olvidarlo por más que quiera, mi mente está siempre en desacuerdo conmigo.

Caminé adentrándome en las calles adornadas con luces en los postes, dándole un bonito aspecto al lugar. Me pregunto cómo se siente vivir en un lugar tan agradable como lo es aquí. Digo, no estoy diciendo que vivir en el pueblo sea desagradable, solamente tengo curiosidad de cómo es la gente de la ciudad.

Hasta que llegué al lugar. Llegué a la casa de Christopher, que estaba completamente alumbrada por luces led de distintos colores, las cuales se cambiaban repetidamente para dar variedad. Y, por supuesto, música disco que se escuchaba por toda la calle.

Estaba arrepintiéndome y considerando seriamente en dar la vuelta y regresar a casa, pero la aparición del rostro de Megan en mi mente fue espontánea y me dio una razón para quedarme, pero no lo sentí suficiente.

Pecador [ Minsung ] [ ✓ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora