XVI

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«MINHO»

Notar que Jisung se mostrara más tranquilo y lleno de alegría al haber recuperado a sus amigos inevitablemente causaba dentro de mí un sentimiento de felicidad.
En nuestro viaje en moto de hoy no dejó de contarme cuán feliz estaba de volver a hablar con su grupito y también me agradeció por los consejos que le di. Bueno, no siento que hayan sido la gran cosa, sólo creí que podían servir de algo.

Después de dejar a Jisung en su casa emprendí el viaje hacia la mía, disfrutando del suave aire rozando mi rostro y que mi cabello se despeinara era la menor de mis preocupaciones. Viajar en moto y escribir canciones eran el mejor consuelo para mí y, si en algún caso no pudiera hacer una de las dos, la sobrante sería mi apoyo. Siempre trato de encontrarle una solución a las cosas.

Estacioné a Jureumi en la acera de mi hogar, colocándole el soporte para mantenerla de pie. Me bajé y estiré un poco mis brazos y piernas, a veces se me entumía el cuerpo cuando manejaba. Caminé hacia la puerta y le di vuelta al pomo, entrando en silencio y encontrando en el comedor a mi madre que... estaba acompañada de alguien. ¿Quién era él?

Esa pregunta se respondió en cuanto presencié cómo mi madre se daba un beso con ese tipo. Sentí mi estómago revolverse y un nudo en la garganta, ¿por qué mi madre no me avisó previamente que... tenía un novio? Mierda.

Me daba asco verla con ese desconocido y a la vez sentía rabia, ya que ella sin ningún tipo de vergüenza dejó entrar a ese hombre en ésta casa, sin pensar en mí... sin pensar en mi padre. ¿Acaso ya se olvidó de él y ahora me olvidará a mí por invertir todo su tiempo y atención en un sujeto que ni siquiera conozco? No dejaré que ese hombre sustituya a mi padre. Él no es nadie para mí y no me interesa siquiera saber su nombre.

Ya que finalmente alejaron sus rostros, el hombre captó mi presencia y una vista nerviosa de su parte se posó sobre mí. Le avisó a mi madre aún sin dejar de hacer contacto visual conmigo, contacto visual que terminé rompiendo al no soportar ver aquel rostro desconocido.

—Cariño, ¿ese no es tu hijo...? —murmuró el hombre para mi madre, ella de inmediato se dio la vuelta y cubrió sus labios con la palma de su mano, como si se hubiera arrepentido de lo que acababa de hacer con su acompañante.

Caminó hacia mí con una sonrisa nerviosa y acarició mi cabello mientras trataba de sonar lo más amigable posible, sabiendo que yo había visto toda su escena romántica con su novio. Mordí mi labio inferior aún con la vista hacia el piso, no me atrevía a verla a la cara.

—Hola, mi amor, ¿cómo te fue en la escuela?

—...Bien. —respondí sin tener el mejor ánimo del mundo. No podía evitar buscar los ojos de aquel hombre que pisaba mi casa sin darle la mayor importancia, lo veía con molestia, con irritación. Estaba comenzando a detestar su presencia en este lugar.

Con este silencio incómodo persistiendo en la situación, mi mamá se aleja de mí mientras le dedica una mirada al sujeto y aclara su garganta, dejándome hacer la suposición de que procederá a hacer una ridícula presentación que desearía no escuchar. Irme a mi cuarto es todo lo que deseo ahora mismo.

—Hijo, él es Ha Joon. Ha Joon, él es mi hijo Minho. Creo que ya era tiempo de que se conocieran.

—Y yo creo que no fue el momento más conveniente. —Fruncí el ceño ante mi respuesta, mi madre sólo suspiró algo decepcionada. ¿Qué esperaba, que me hiciera mejor amigo de su novio cuando mi primera impresión de él fue ésta?

Ha Joon me observó de pies a cabeza lentamente, con una sonrisa reflejándose en sus labios al, aparentemente, agradarle mi estilo. Supuse que es de esos tipos que saben los gustos de los adolescentes de ahora.

Pecador [ Minsung ] [ ✓ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora