Minho me invitó a su casa luego de la escuela. Fue una muestra de agradecimiento ya que, cuando tomó en cuenta las cosas que le dije ayer luego de su presentación, conoció un poco mejor a su padrastro y se llevó una gran sorpresa al enterarse de que ese sujeto era fanático del hard rock. Además, se quedó fascinado cuando Minho le contó que tenía una banda.
Se veía tan satisfecho y tranquilo cuando me contó cómo le había ido con su padrastro. Era como si en vez de simplemente verlo como el novio de su madre, lo veía como un nuevo amigo con el cual podía compartir sus gustos.
Aunque, yo seguía algo consternado por eso: no eran padre e hijo. Eran padrastro e hijastro, y mis padres me dijeron siempre que ese tipo de relaciones no se podían considerar como familia si no compartían un lazo sanguíneo.
Bueno, tal vez no era necesario darle tanta importancia a eso. Porque lo importante ahora era que me encontraba sentado en la cama de Minho en espera de que saliera de su baño. Me dijo que se cambiaría de ropa, pero, entró sin llevar otra camisa a mano y claro, se había olvidado.
—¡Ji! ¿Puedes traerme una camisa, por favor? —gritó desde el vestidor. Yo reaccioné rápidamente y respondí.
—Claro, ¿cualquier camisa?
—Sí, cualquiera.
Me levanté de la cama y me acerqué al mueble en el que almacenaba su ropa, revisando los cajones uno por uno hasta encontrar el de las camisas. Saqué una camiseta que estaba por encima y la observé un poco, tenía el logotipo de Pink Floyd y levanté una ceja con curiosidad, ¿este chico tenía alguna camiseta que no tuviera plasmada el logo de alguna banda de rock?
Cerré el cajón y caminé hacia el baño, tocando la puerta para que así Minho abriera y me permitiera darle la prenda entre mis manos.La manija rodó y desde la ranura de la puerta llegué a ver solo un poco el interior del baño. Y, con eso, ver con dificultad el torso desnudo de Minho, que tenía algo similar a una cicatriz. No sabía si había sido mi imaginación.
Le entregué la prenda al mayor y me alejé de la puerta en cuanto él volvió a cerrarla, prohibiéndome la vista hacia el interior de su baño una vez más. Volví a sentarme en la cama ajena y miré de reojo la guitarra acústica que descansaba justo a mi lado, formulando un par de preguntas que se desvanecerían en segundos al darle toda mi atención a Minho, que utilizaba la camiseta de Pink Floyd que le había dado.
Caminó hacia mí y se sentó a mi lado, alcanzando su guitarra y afinando las cuerdas mientras su cabello castaño y considerablemente largo caía sobre sus ojos. No podía saber porqué pero tragué saliva al presenciar ese momento con Minho; como si estuviera inconscientemente buscando una alternativa para tranquilizarme. ¿Porqué me sentía inquieto en primer lugar?
Minho subió la cabeza y me dedicó una de sus brillantes sonrisas, como las que siempre me daba cuando estaba conmigo. Pero, se sentía distinto, su sonrisa se sentía distinta.
—Gracias por los consejos de ayer. Ha Joon es un buen tipo. —agradeció. Solté una leve risa y negué con la cabeza, realmente no sentía que mis palabras le hayan ayudado mucho.
—No tienes que agradecer. Realmente fuiste tú el que decidió conocerlo mejor.
—Bueno, si no me hubieras dado ese empujón, seguiría enojado con él y con mi madre. Gracias. —Su sonrisa se expandió un poco más, siendo suficiente razón para despertar dentro de mí un sentimiento de nervios—. Por cierto ¿Cómo te fue con Megan ayer? Alcancé a ver que salieron de la escuela juntos.
Aquella cuestión de Minho me tomó desprevenido, haciéndome recordar el momento en específico que estuve con Megan en su habitación. Tragué saliva y me acomodé mejor en la cama, estaba intranquilo ya que no sabía cómo decirle a Minho que Megan y yo habíamos cruzado la línea de las cosas que los amigos no hacen... Normalmente.
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Pecador [ Minsung ] [ ✓ ]
RomanceHan Jisung, un adolescente de 15 años que cumple el rol del miembro más menor de una familia extremadamente religiosa. Durante toda su vida le enseñaron a ser un fiel devoto cristiano, lo cual ha influenciado en su forma de pensar y de ver la vida...