Cuando la campana concluyó las clases, salí del salón con los chicos mientras ellos charlaban y yo estaba sumido en mis pensamientos. Me ocupaba de observar cada uno de mis alrededores, buscando a Minho y verificando que él estuviera adentro o afuera de su aula.
Mi búsqueda se vio interrumpida en cuanto la chica de ojos de diamante se presenció enfrente mío. Me dedicó una de sus relucientes sonrisas y yo le correspondí con una que no reflejaba tanto gusto, sentía que me obligaba a mí mismo a sonreírle a Megan.
—¿A dónde fuiste luego de la presentación de Minho, Ji? —preguntó. Un suspiro se escapó de mis labios en señal de no querer responder. Al final, terminé haciéndolo sin tanta voluntad.
—Fui a verlo. —Le respondí. Megan apoyó la espalda en su casillero mientras denotaba una expresión de sorpresa al escucharme, pero, al mismo tiempo; su rostro ya no se veía tan tranquilo al oír mi contestación.
—Oh, no sabía que eran amigos.
—Lo somos, aunque no tan cercanos. Creo que ya llevamos dos semanas hablando y es raro ¿Sabes?, porque siento como si fuéramos amigos desde hace mucho tiempo cuando la realidad es que no llevamos ni siquiera un mes. —Mientras yo parloteaba, Felix tapó su boca para evitar soltar una risa y se colocó detrás de Jeongin, como si él fuera su escudo humano.
Megan fingía escucharme muy interesada en lo que yo decía, pero realmente se notaba más al pendiente de mirar a su costado discretamente como si tuviera en la mira a una persona a la cual no desea tener cerca.
La chica se acercó rápidamente a mí y tomó mi brazo, interrumpiendo mi conversación con ella que, más que una conversación, parecía un monólogo de mis pensamientos en voz alta.
—¿Vamos a casa juntos, Ji? —preguntó con un tono tan dulce que me hizo tragar saliva gracias a los nervios que me provocó.
Antes de poder darle una respuesta a Megan, les dediqué una mirada a mis amigos y, cuando Hyunjin sonrió divertido, los otros dos le siguieron el juego. Era como si me concibieran el permiso de irme con Megan, cuando realmente yo no deseaba con tantas ansias hacerlo.
De todos modos, tomé la mano de Megan y caminé junto a ella lejos de la escuela sin antes haber tenido la oportunidad de despedirme de Minho. Pensaba hablar con él en cuanto lo viera, pero... Terminé yéndome a casa junto con la chica con la cual estoy intentando algo. No estaba en mis planes hacerlo mas aún así me quise obligar a mí mismo a pasar tiempo con alguien de la que sí podía enamorarme sin llegar a sentir asco por mi persona.
Pero entre más caminaba junto a ella más me sentía incómodo. El ambiente se sentía pesado, el viento me resultaba molesto y hacía todo lo posible por no demostrarle a Megan lo que sentía en este momento estando junto a ella. No entendía cuál era el problema o quien lo era. A pesar de que Megan también se veía algo intranquila, ella no dijo absolutamente nada en todo el camino.
Lo que más me cuestionaba era que, a pesar de estar justo al lado de una chica atractiva que no tenía ningún problema en demostrarme sus sentimientos, yo no me sentía capaz de devolverle aquellos gestos porque mi corazón no latía por ella.
Comenzaba a desesperarme, mierda, si no podía enamorarme de Megan, ¿entonces de qué otra persona sería?Entonces, ella y yo llegamos a su casa. Sentí una relajación mental en cuanto me salí de ese lago de pensamientos, permitiéndome así dar la primera, y, pensaba que también última palabra entre Megan y yo.
—Nos vemos mañan... —Me ví interrumpido en el momento en que la chica de ojos claros tomó mi mano y, con una sonrisa tímida, me invitó a pasar con ella.
—Pasa.
Mi cabeza se llenó de dudas en cuestión de segundos. ¿En serio Megan estaba invitándome a su casa? ¿Tenía tal posibilidad?
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Pecador [ Minsung ] [ ✓ ]
RomanceHan Jisung, un adolescente de 15 años que cumple el rol del miembro más menor de una familia extremadamente religiosa. Durante toda su vida le enseñaron a ser un fiel devoto cristiano, lo cual ha influenciado en su forma de pensar y de ver la vida...