Capítulo 4

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Faye estaba dormida cuando escuchó gruñidos y alguien temblando, se despertó de golpe pues su sueño era ligero.
De fondo había una gran tormenta, el viento estaba enojado pero Faye miró a su amigo…estaba teniendo una fuerte y profunda pesadilla—¿Kratos? ¡Kratos!—gritó para despertarlo, no se habían tocado mucho después de conocerse ni nada pero ella lo tomó de los hombros y lo sacudió—¡despierta por favor!
Con violencia el hombre se sentó respirando pesado y sudando un poco pese a que el clima era fresco, viendo a Faye casi sobre él pero muy preocupada—¿Faye?
—¿estás bien? Estabas teniendo una pesadilla.
—yo…
—tu familia, no sabía que te seguían torturando pesadillas no me dijiste eso.

—no quería…yo—la mujer se sentó viendo al hombre sostener su antebrazo.
—¿puedo ver?—preguntó, esas vendas sucias son lo único qué no había cambiado desde qué se conocieron, delicada ella tomó su brazo poco a poco quitando la venda verificando que no estuviera incómodo y él se dejó. Quedó horrorizada al verlo…su antebrazo lleno de marcas de cadenas—¿qué es esto?
—Ares pegó las espadas a mi piel con cadenas al rojo vivo—respondió Kratos con rapidez, estaba aturdido y algo desorientado.

—bien, calma por favor, respira profundo—respiraron al mismo tiempo siendo Faye ayuda para calmar su corazón descontrolado, se sentía mal por él y le había tomado aprecio pese a haber pensado alejarse de él en un principio, era buen compañero, algo callado pero al final era bueno y le pesaba verlo mal—eso es…yo—pensaba cómo ayudarlo—te contaré la historia de Duneyrr.
—¿ahora?
—te ayudará a dormir de nuevo…lo necesitas, una mente agotada no trabaja del todo bien—sentenció—acuéstate cerca del fuego y pon atención.

Kratos hizo el pedido…mirando atentamente a la mujer sentada sobre sus rodillas cerca de él—en el árbol de la vida, llamado Yggdrasil viven muchas criaturas fantásticas…desde ardillas, dragones…pero te contaré sobre los ciervos de las estaciones que antaño habían sido enanos de hecho—contaba con pasión tanta que Kratos se perdió entre su voz tranquila y suave, el fuego bailando sobre cada parte de su ser y su cabello siendo movido por el feroz viento incluso estando a cubierto de la tormenta…era bella y estaba empezando ¿a sentir algo por ella? Eso no sonaba mal, pensó antes de quedarse dormido.

Faye lo vio caer ante el sueño, señal qué le tenía confianza como para estar así de vulnerable frente a ella…la mujer acarició las marcas pues Kratos había dejado sus brazos al descubierto incluso—¿por qué mi corazón se siente así?—preguntó en voz alta—quiero ayudarte…quiero, yo…dioses, de seguro tienen este encanto natural maldita sea—el sueño le estaba ganando de nuevo y empezó a cerrar sus ojos por su cuenta.

Kratos abrió sus ojos al sentir los rayos del sol sobre su rostro, había dormido bastante bien y vio a Faye dormida cerca de él boca abajo, se levantó y el ruido de su peso moviéndose hizo que ella levantara la cabeza de inmediato—¿estás despierto? ¿Cómo dormiste?—lo primero qué preguntó al verlo despierto.
—dormí…bien, gracias a ti—dijo despacio.
—te seguiré contando historias, para qué las recuerdes antes de dormir—se frotó los ojos espantando su sueño.

Faye se había quedado dormida cuidando de su sueño…era una buena mujer, compartiendo su luz con él para sacarlo de la oscuridad.

Y así con el paso del tiempo, la guía, los consejos pasó exactamente un año desde qué se habían conocido—bienvenido, gruñón—dijo Faye recibiendo al dios en la puerta de su casa, "gruñón" un apodo qué le había puesto porque cuando no respondía con palabras lo hacía con gruñidos como si fuera un oso, esa noche Kratos había preparado la cena ya sabía muchas más cosas gracias a ella—sabes, hoy exactamente hace un año intentamos matarnos mutuamente.

—sí, eres una fuerte guerrera pero…de buen corazón.
—gracias—le gustaba verla sonreír y a ella le gustaba verlo mucho mejor, más calmado—tengo cosas para ti—Faye buscó entre un baúl y le pasó un artefacto—un escudo de guardián para ti.

Cortos God of War.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora