Capítulo 3

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Tres días de clases prácticamente le tomó a Evaristo contarle todo a Atreus sobre Týr y a cambio, Atreus le contó más sobre su padre claro sin decirle primero que era su padre.
—Así que Týr vino poco después de que Grecia apenas se fuera recuperando…—Atreus se estaba acomodando su cinturón rojo.

—Ese grabado es griego, bastante antiguo ¿de dónde lo sacaste?—preguntó el sabio haciendo que el joven dios bajase su mirada en un mar de nostalgia.
—es un regalo, es todo lo que puedo decirte ahora…
—entiendo, no te quiero entristecer, eres un niño muy activo. Tu ropa ahora se ve mejor.

—Espero me dure para cuando pueda volver a casa—susurró y alzó la vista sonriendo—bien, concentrado…—se sentía mejor y más formal como guerrero con la ropa nueva, botas más cómodas y armadura mejor—¿sabes qué lugares visitó Týr?
—el dios de la guerra en tierra extranjera mencionó que deseaba evitar guerras antes de iniciarlas. Ese pensamiento llamó la atención del rey de Esparta pues aquí siempre hemos vivido de las guerras. Fue precisamente al templo del dios de la guerra.

—Necesito ir hacia allá—dijo Atreus—¿será que podré?
—saben de seguro que te di información, quién sabe si querrán dejarte ir.

—Si no me dejan yo me iré, no pueden impedirlo—sentenció el joven poniéndose de pie—anoche soñé algo…una visión de un lugar.
—¿tienes visiones?—la pregunta de Evaristo dio a notar que dijo algo qué no debía…—¿qué eres, chico? ¿Un oráculo?

—no estoy seguro de que es eso pero supongo qué tengo visiones. Me llevaban a ese lugar ¿tienes algún diario vacío? Quiero dibujarlo—el sabio con prisas le buscó lo pedido…estaba fascinado con la capacidad de Atreus y su aprendizaje—gracias—él sí llevaba consigo su lápiz de carbón así que abrió el diario comenzando a dibujar lo que recordaba de su visión,  un templo ya en ruinas con dos estatuas de piedra inmensas…pero una de ellas caída en el suelo, un lugar entre montañas.
—qué belleza de trazos—Evaristo estaba cada vez más sorprendido—¿siempre dibujas así?
—en mi casa tenía un diario lleno de monstruos, tesoros y artefactos—era curioso pero a unos metros nada más, los tres soldados estaban escuchando la conversación qué ya tenía cuatro días sin perder ninguna energía.

—escuché suficiente, era verdad lo que dijo Evaristo…no tienes malas intenciones ¿pero qué buscas?—preguntó Bastian apoyado en un pilar viendo de reojo los pergaminos.
—es algo especial ¿también conocen a Týr?

—yo sí…te ayudaré solamente porque siempre adoré al dios de la guerra de aquí y saber que está vivo. Me da alivio pero eso del cambio—ahora hasta el general hablaba más y Atreus le sonrió—Evaristo me contó sobre Týr, los más ancianos lo conocieron.
—¿ustedes qué dicen, Deo y Egan?—preguntó Atreus, tenía un tazón con un poco de pintura amarilla dónde había pintado su ropa nueva y metió su mano en ella.

—pues…seguimos a nuestro general, nada más—mencionó Deo.
—Evaristo ¿te molesta si me quedo el diario?
—con todo gusto, adelante, tómalo supongo que iremos ahí pronto—mencionó el sabio y Atreus asintió.
—si el general nos permite claro qué iremos—dijo Atreus qué plasmó su mano en el diario—en este diario le llevaré dibujos e información a mi padre cuando regrese a casa…espero sea pronto, guíame, papá.

—quiero ver tus habilidades ¿irás Evaristo?—preguntó Bastian.
—acabo de preguntar si nos iremos pronto—sonrió el sabio.
—entonces, Loki, te cuidarás solo—lo que parecía ser una amenaza fue de hecho un reto que hizo sonreír al joven, se imaginó que a lo estándares de Esparta él sería de los que son abandonados en la montaña. Pero por algo su padre lo entrenó tan duro y de seguro había sido por este momento.
—adelante—aseguró el joven.
—pues, vamos entonces. Toma esto, Loki—el sabio le dio un pequeño morral de tela—sea lo que busques, protégelo aquí ¿sí?

Cortos God of War.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora