En un gran esfuerzo Atreus rompió la flecha en dos y se movió lo más rápido posible esquivando la segunda flecha—¡señor, Hachiman! ¡no soy tu enemigo!—volvió a gritar teniendo su escudo abierto, temeroso de que fueran a dispararle.
—te dije que no era mongol—una segunda voz se le unió—no era necesario dispararle—otro hombre este sin armaduras y con un hermoso Yukata de color rojo y dorado, se veía como un anciano se acercó tomando el hombro de Hachiman.
—el problema no es que sea mongol…es un dios de otra tierra ¿qué buscas aquí, muchacho?—alzando su voz el dios de la guerra bajó su arco.
—quisiera hablar con ustedes, pedí la presencia de Amaterasu…con ustedes tres quizá alguien pueda darme alguna respuesta.—no temas, soy Omoikane—se presentó el señor mayor—kami de la sabiduría, un adivino y negociante entre los demás dioses.
—Mucho gusto.
—Amaterasu no va a tardar ¿qué quieres hablar con nosotros?—preguntó el gran sabio y Atreus miró a Jin.
—¿deberíamos hablarlo también frente a él?—otro asesino que guió al dios de fuera hasta nuestros templos ¿planeas robarnos?—preguntó Hachiman intentando cargar su arco de nuevo y disparar, Atreus fue rápido cubriendo a Jin con su cuerpo, este estaba perplejo, no sabía si estaba hablando en serio.
—no vas a dispararle a uno de los tuyos, sobre todo si hizo todo en su poder para proteger su isla. Él abandonó su deber, su estatus, sus privilegios, todo para su gente—dijo Atreus—sacrificó todo, guerreros nuevos viven en su casa, sus recuerdos, me ayudó a encontrarlos porque necesito hablarles, él no peleará contra sus creadores pero no pienso permitir que lo lastimes.—bien, es tu decisión, son peligrosos para Japón, para el Shogunato—sentenció tensando más la cuerda de su arco, de la nada una joven doncella apareció de ropas preciosas blancas con bordados rojos, cabello negro y piel pálida muy bella—ya llegó—sentenció Hachiman bajando un poco su arco, una segunda doncella también llegó.
—Jin ¿quiénes son esas mujeres?—preguntó Atreus cuando el samurái finalmente levantó su mirada.
—las doncellas de la reina—susurró Jin todavía no se había puesto de pie, una tercera mujer se hizo presente con una luz tenue alrededor de ella…de piel blanca y aterciopelada como una muñeca un cabello negro como la noche, sus ojos eran marrones pero de mirada gentil. Su kimono era rojo con diferentes bordados como alguien de la realeza con aves blancas y doradas, tenía su cabello con adornos dorados.Los dioses presentes se inclinaron ante ella—creo que es suficiente de esto, Hachiman, por favor—su voz era dulce y muy maternal.
—Lo lamento, su majestad—dijo el mencionado—pensé que podrían ser una amenaza para Japón y su reinado.
—su majestad, bienvenida ¿qué la trae a su humilde templo?—preguntó Omoikane ahora con bastante respeto.La diosa sonrió acercándose lentamente a los involucrados—este pequeño dios llamó por mí presencia ¿no es así?—preguntó y Atreus estaba deslumbrado mirándola, apenas pudo asentir.
—Amaterasu—susurró Atreus y se puso de pie lentamente—eres muy bella.
—¡oye, más respeto!—gritó Hachiman desde atrás pero sin poderse mover.—no me ha faltado el respeto, Hachi, relájate—la diosa miró a su contrario y este bajó su mirada.
—perdóneme…solamente quería asegurarme que este joven no fuese peligroso—dijo en una voz muy baja el dios guardando su arco.—¿cómo te llamas, pequeño?—Atreus sonrió muy cómodo.
—Atreus, Atreus Laufeyson, quisiera preguntarles algunas cositas sobre un dios que vino aquí hace mucho.
—¿es sobre Týr? Eso dice todo, este pequeño no tiene malas intenciones—sonrió Omoikane con tranquilidad, Amaterasu pasó su mirada a Jin.
—Su majestad, este hombre traicionó al Shogunato por egoísmo—dijo Hachiman—somos todos protectores del poder del emperador, usted es la madre del imperio.
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Cortos God of War.
AventureEstas historias cortas están basadas en mi fanfic "el ocaso de los dioses" las aventuras no acaban con el Ragnarök terminado. Vamos a considerar qué es algo mucho más relajado, a Kratos ahora solo le va a preocupar el tiempo con los suyos en unas se...