Cortos God of War.

Y fue así.

La cabaña en Midgard, una familia trabajando en el bosque silvestre una tarde bella de verano y una pregunta comiendo la mente de Atreus desde el incidente con la magia jötnar.

—Atreus, habla te va a reventar un ojo a este paso—comentó Mimir posado sobre un tronco caído con vista hacia la familia, Faye y Kratos estaban arrancando plantas invasoras de los cultivos en el jardín de Faye, apenas ella había regresado hacía un año pero ese siempre iba a ser su jardín, Kratos y Atreus lo único qué hacían era cuidarlo.
El comentario del sabio llamó la atención de ambos padres que miraron con curiosidad al joven que deseaba que la tierra se lo tragara de la vergüenza que sintió—¿sucede algo, mi cielo?—preguntó Faye primero con su voz tan maternal y dulce qué podría hechizar a cualquiera.

—¡Sí! Desde el incidente del Utangarð he tenido muchas preguntas, quise resolverlas viendo las memorias de papá pero prometimos que no iríamos de nuevo—dijo tan rápido, era maduro claro pero cuando tenía curiosidad sonaba igualito que cuando era adolescente.
—sip, las cosas se salieron de control ese día—completó Mimir—pero ya pasaron…¿cuánto tiempo, my lady?

—cómo un mes y todo ese tiempo ha tenido esa información atorada en la garganta, ni yo podría haber resistido tanto—comentó Faye entre risas sacudiendo la tierra seca de su ropa, cerca tenían una pequeña tina con agua limpia y la jötnar se lavó las manos—¿qué querías saber?—de una jarra sirvió algo de agua fría para tomar y primero le pasó un vaso bien helado a Kratos.
—me contaron que casi se arrancan la cabeza cuando se conocieron, padre me contó eso pero ¿cómo terminaron así?

—¿viste Kratos? Solamente le despertaste la curiosidad—el nombrado antes de responder estaba tomando agua.
—no me culpes cuando tú quisiste decapitarme—respondió y Faye se puso a reír.
—de verdad qué ya eres otro hombre, nunca habías sido tan hablador ¿sabes?—Kratos le respondió con una breve risa.

—¿me pueden contar entonces? Mamá dijo y recuerdo bien qué si queríamos alguna memoria sería mejor contarla en una historia—Faye casi se ahogaba con el agua qué bebía sabiendo que ahora estaba medio obligada a contarle todo.
—¿estás seguro de querer saber?—preguntó la mujer también pasándole algo de agua a su hijo—porque si de buena memoria hablamos, te dio cosa cuando dije qué la versión joven de tu padre me había parecido atractiva—justamente después de esa frase Atreus hizo la misma mueca—¿ves?—señaló Faye.

—¿Cuál es la sorpresa, muchacho? Llevan tanto tiempo juntos qué es fascinante su amor. Porque es una historia de amor ¿verdad, hermano?—Mimir a propósito le preguntó a él para ponerlo incómodo pero muy a su pesar no pudo.
—sí, es así, es la historia de tu madre y yo, cómo es que nos casamos.

—de hecho, ya tenemos como…¿cuarenta años juntos? ¿Cuarenta y cinco, tal vez?
—cuarenta—completó Kratos mirándola.
—Seremos guerreros pero no todo fueron peleas, bueno muchas veces sí pero no siempre—dijo Faye cambiando de parecer cada vez.

Atreus ahora ya tenía interés en ello—¿me pueden contar? Ahora sí quiero saber cómo se enamoraron.
—¿quién empieza, Kratos?—preguntó la mujer—¿o me dejarás contar todo a mí?
—esta vez no, empieza tú.
—Bien, pero si te aburres te aguantas porque tú elegiste escuchar ¿quedó claro?—preguntó la mujer antes de iniciar y Atreus asintió—mientras vayamos preparando la comida, fue bien extraña en la que empezó de hecho. Sentí la presencia de un dios claramente invadiendo mi símbolo de protección.

Hace cuarenta años*

Faye era una mujer sola y aislada que vivía en lo profundo del bosque silvestre de campamento en campamento, cabañas de una sola noche o a veces hasta cuevas pero siempre en la seguridad de su bosque y a veces en algún qué otro pueblo fuera del símbolo.
Después de haberse alejado de su propia gente y fallado en la rebelión de Svartalfheim se concentró en Midgard, esperaba poder morir en algún ataque de ladrones o esperando que Odín se diera cuenta qué había una jötnar en su dominio para matarla.