Capítulo 16.

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—¿¡qué cosa!?—el primero que pudo reaccionar fue Mimir.
—como lo escuchan—confirmó el joven, Kratos estaba ansioso pues su esposa estaba incluida al menos eso esperaba pero ¿eso no era peligroso?

—hijo, podría ser peligroso—sacó de su boca lo que gritaba su pecho con tanta angustia.
—no lo será, papá. Lo juro ante todos…—de manera repentina Kratos sacó un anillo de su bolsillo trasero, ahí traía más que nada las piedras de viaje y alguna que otra runa para sus armas nadie esperaría una pieza de joyería, la colocó en su dado anular contraria a dónde llevaba a Draupnir—todo saldrá bien. Daven ¿podrías?

—fue una cosa muy complicada—Daven chasqueó sus dedos y un gran cubo de hielo brillante que llegó deslizándose sobre más hielo—¿para qué esto?
—es una idea que tengo…Daven, por favor puedes hacer como una barrera de hielo como para mantener mucha agua—pidió Atreus, el rey vanir que estaba muy agusto de ayudar hizo un espectáculo solamente iba empujando el hielo por los alrededores hasta dejar un encierro para mucha agua, para la altura de Atreus el agua llegaría hasta sus rodillas—bien, ahora cuatro pilares uno en cada esquina de este encierro.

—algo más difícil me deberían pedir—Daven como estando algo aburrido de lo sencillo levantó los pilares y colocó el hielo de Niflheim dentro—¿así, verdad?
—perfecto…ahora toca derretirlo—Atreus tocó el hielo pero Daven entró rápido para detenerlo.
—lo vas a evaporar así, yo lo hago—dijo el peliblanco saliendo del encierro de hielo, juntando sus manos las deslizó con suma delicadeza y el hielo brillante empezó a derretirse con gran velocidad llenando todo en encierro…como Daven adivinó llegó hasta las rodillas de Atreus—¿ahora?

—de tu parte es todo, Daven, muchas gracias…—susurró, se sentía muy nervioso y le sudaban las manos, el agua estaba muy fría pero debía aguantarse—Erya, Freya…necesito a las mejores sanadoras, si funciona y alguien se lástima o si no funciona y termino herido.

—no saldrás herido, Atreus—Erya levantó su mano preocupada—tu padre es muy capaz de no dejarte hacerlo si dices eso.
—es que ya me puse nervioso—saliendo del agua Atreus se acercó a Angrboda—¿me puedes dar las canicas?

Con ayuda, pues eran bolsas grandes, llenas y pesadas, Freyr y Thrud ayudaron a cargarlas—pongan las canicas en el agua, por favor—bajo instrucciones de Atreus vaciaron las bolsas en el agua—papá, la canica de mamá, por favor.
—hijo—por instinto Kratos sostenía la canica entre sus manos.
—Sé que tienes miedo…yo también, por eso debemos hacer esto, siento lo que ellos—tomó la mano de su padre—siento lo qué ella, lo qué los gigantes gritan dentro de las canicas, quieren ser libres pero están asustados de salir y no pueden salir solos.

—confío en ti—dijo Kratos y el contrario asintió—lo sé, si esto funciona, me vas a ayudar para la paz junto a Sif.

Con la canica entre sus manos, Atreus la dejó con el resto de los gigantes…—¿algo más?—preguntó Kratos por iniciativa.
—necesito que estés aquí cerca, padre—mientras Kratos se acercó Atreus sacó el cuchillo de su funda—hoy yo intento usar este poder para traer de nuevo a quiénes viven en prisión injusta…aquellos que sacrificaron sus vidas por otros, por aquella raza que su único pecado fue vivir sin ser conquistados por Odín—tomó la hoja del cuchillo con bastante fuerza—dónde la sangre del primero aniquiló, es la que traerá de vuelta, con el fuego y el hielo del gran caos dónde nació el primero de mi gente—la sangre comenzó a brotar de su mano cayendo directamente al agua y todavía sosteniendo el cuchillo entre su mano lo sacó con fuerza…dejando caer aún más sangre—en honor a mi madre y en honor a mi padre, esta sangre que me dieron traerá de regreso a mi gente.

Todos estaban en silencio, pues la voz de Atreus era fuerte y profunda llegando a ser muy grave, la sangre como sorpresa al caer al agua se empezaba a combinar haciéndose del mismo color—papá, necesito de tus espadas por aquí—caminando con cuidado de no pisar ninguna canica, el joven quedó frente a su padre cuando estiró su mano la herida ya estaba cerrada por completo—Surtr dijo que tus espadas tenían fuego primordial en ellas ¿puedes encenderlas?
—¿sabes lo qué haces?—preguntó el hombre con ambas armas entre sus manos.
—eso espero, pero me dijiste estar listo…lo haré—con las espadas encendidas en llamas, Atreus pudo sacar algo de fuego de ellas, fue tan simple como si fuera agarrar un puño de nieve o tierra. Con fuego entre sus manos lo puso en los cuatro pilares antes de tomar fuerza para qué estaba por hacer, tomó aire profundamente como si fuera la última vez y quizá no pasaría nada, pero tenía mucho miedo.

Cortos God of War.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora