Cortos God of War.

Capítulo 8

El joven fue caminando por la costa mirando atentamente a sus alrededores, parecía una selva…igual que Vanaheim, al menos era un territorio conocido—al fin, algo que quizá no quiera matarme a cada paso que voy—mientras caminaba entre las hierbas, Atreus usaba magia para apartar las plantas de su camino sin tener que cortarlas, magia que parecía fuego de hecho, le sorprendía la velocidad con la que podía aprender de hecho, tenía meses que Ra le había enseñado más de su magia y ya era casi un experto en ello.

En lugar de ir preguntando tomó el consejo de Thoth, simplemente llegar a un templo cercano y tratar de tener una profecía ahí, caminó entre la selva y esperaba de verdad no tener que caminar tanto esta vez, lo que Atreus aprendió también es que las canicas cada vez lo dejaban más cerca de otras pues rápidamente se topó con un templo…no sentía más presencias cerca.

De hecho la construcción era una gran pirámide de piedra con cabezas de serpiente en algunos pilares—¿qué este sitio?—se preguntó en voz baja, el sitio alrededor estaba despejado…pero solamente la pirámide estaba ahí sin señales de vida alrededor.

Quiso subir por las inmensas escaleras pero al poner un solo pie sobre el escalón logró oír el ruido de ramas rompiéndose y reaccionó de inmediato alzando su arco—¿hola? ¿Alguien puede oírme?—preguntó con voz suave y algo baja para no parecer una amenaza pero definitivamente no se mostraría débil.
De la hierba alta y húmeda salieron varios hombres vestido con pieles de animales, adornos de piedras preciosas, armas como lanzas y arcos todos apuntando hacia él, hachas de una piedra negra y brillante.

Sus tocados de plumas de aves exóticas llamaban la atención, las joyas colgando de sus armaduras, los largos y pequeños escudos ¿qué civilización era esa? Muy diferente a la de Egipto…a la de Grecia, a la de su propio hogar. Le recordaba mucho a Vanaheim si acaso—¿pueden entenderme? No quiero atacarlos…por favor, bajemos las armas—pidió amablemente, esperaba a que hablaran para poder usar su poder y entender mejor la situación, quizá ya había viajado por muchos lados en el mundo, no sabía qué dioses podría encontrar ahí.

—soy un dios de hecho, soy hijo del dios de la guerra en tierras lejanas—dijo Atreus—vengo en son de paz de parte del dios Týr, antiguo dios de la guerra en Midgard—los hombres se quedaron viendo entre sí, como entendiendo lo que decía y hablaron en su idioma.

Era extraño pero no iba a tardar en entender lo que decían—¡demonio! Mientes para usurpar esa función sagrada—gritó un hombre desde atrás, alguien que parecía obviamente de una familia noble.
—¡no quiero problemas, por favor!—Atreus quiso bajar su arco denotando que no era peligroso pero le dispararon una flecha en la parte baja de su abdomen, se tambaleó, a diferencia del resto de reinos que visitó aquí era el primero dónde no querían mediar palabra…no le dio tiempo de reaccionar a tiempo pese a ya tener tanta magia siempre esperaba ver lo mejor del resto.

El joven cayó sentado en las escalinatas de la pirámide sorprendido, pero el leve dolor no lo dejaba—¿de verdad tenían que atacar?—preguntó, la segunda flecha fue disparada ahora en dirección de su corazón, con su magia roja detuvo la flecha, El impacto en la gente fue tan grande que algunos retrocedieron, Atreus se arrancó la flecha del abdomen y la tiró lejos después de comprobar que no tenía veneno, delante de ellos la herida se cerró de inmediato—iré a la pirámide por mi gente…no van a detenerme a estas alturas. Voy por eso y me voy.

Atreus les dio la espalda empezando a subir las escaleras cuando comenzaron a subir detrás de él para derribarlo, con una cuerda que lograron atorar en su cuello lograron derribarlo hasta la húmeda tierra de la selva y de las hierbas cada vez salían más y más guerreros. Ya algo molesto se levantó cortando la cuerda de su cuello en el proceso con algo de desprecio, sacó su arco…—no subirás las escaleras de este lugar, demonio—exclamó el mismo hombre desde la distancia.