La venganza de los Riddle

37- Cierre de emergencia

POV MORGAN

Caminaba hacia mi cuarto y cuando intente abrir la puerta, esta  no se abrió, porque estaba atorada, así que empecé a forcejear, pero no conseguía ningún resultado.

— ¡Estamos encerrados! —chilló una chica, que venía del lado contrario del pasillo— la puerta esta bloqueada y no se puede abrir.

— Está tampoco se abre —le informó el chico que estaba a mi lado.

Antes de que alguno pudiera decir otra cosa, un rayo provoco que toda la electricidad en Hogwarts se fuera y que varios de los magos que se encontraban en el pasillo empezaran a entrar en pánico, en el momento en que la ventana que teníamos a nuestra izquierda se rompió, cuando una especie de esfera golpeó el cristal.

De la esfera empezó a brotar humo, que dejaba inconsciente a quienes lo tocara o lo olieran directamente, por lo que varios chicos empezaron a caer al suelo.  A los segundos empezaron a entrar varios magos con túnicas negras y mascaras del mismo color y se empezaron a llevar a los chicos que estaban inconscientes.

Empece a retroceder, para intentar alejarme del humo y de los magos, pero era inútil, no había manera de que pudiera salir conscientemente del lugar y aunque el humo todavía no me había tocado, el olor empezaba a afectarme, ya que sentía todo mi cuerpo débil.

Cuando quedábamos solo 5 chicos de pie, todas las puertas se abrieron y entraron varias guardias a la fuerza, con mascara anti-gases, por lo que inicio una especie de pelea, entre los soldados y los magos con máscaras.

Las cosas hubiera terminado muy mal, si los soldados hubieran sido la minoría, pero gracias a que empezaron a llegar varios refuerzos, los de las túnicas no les quedo más remedio que irse.

Para este punto, ya me encontraba sentada en el suelo, con la cabeza recargada en una columna, esforzándome por no cerrar los ojos, cuando alguien me reconoció.

— Morgan ¡Aquí estás! —la voz me resultaba muy familiar, pero no podía distinguir de quien era— ¡Literalmente todos te han estado buscando por todos lados! —tenía muchas preguntas, pero ya no tenía la fuerza fíchenle para hablar.

— ¡Estamos siendo atacados! —chillo una mujer para los pocos chicos que aún estaban conscientes— todos los que sigan despiertos, tiene que dirigirse a los cuartos de seguridad.

No sabía que eso existía en este castillo.

El soldado que me había reconocido, me ayudo a levantarme del suelo y me cargo hasta un cuarto. Donde me recostó en el escritorio y me puso una mascara de oxigeno.

Me tomo unos minutos recomponerme, pero cuando ya me sentía mejor, me quite esa cosa y me senté en el escritorio. Al hacer eso, mi mirada se cruzo con la de Matheo, el cual se veía entre preocupado y confundido. Rápidamente aparte la mirada de él y me di cuenta que también se encontraban Hermione, Ginny, Harry y Draco.

— ¿Estas bien? —me preguntaron Matheo y Draco a la vez.

Draco se aparto de Harry y se empezó a acercar a mi.

— Si —respondí y al bajarme del escritorio, me tambaleo un poco.

Matheo tuvo intenciones de acercarse a mi inmediatamente, pero Hermione se lo impidió, tomándolo del brazo.

— Tal vez deberías de ponerte otro rato esa máscara —me sugirió  Draco, sosteniéndome del brazo.

— No, estoy bien —aseguré— mejor dime ¿Qué esta pasando?