18- Segunda llamada

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POV MATHEO

Estaba nuevamente sentado en el sillón, tomando una cerveza cuando Ginny, Hermione y Adrian Pucey se sentaron en el sillón de enfrente y Ginny puso una botella en la mesa, a lo cual, poco a poco se fueron sentando diferentes chicos, en los demás sillones. Entre ellos estaba Regulus, Susan Bones, Lavender, Davina y Seamus.

— Yo inició —se enderezó de su asiento Davina y giro la botella.

Cuando esta se detuvo, la tapa le apuntó a Regulus.

¡Necesito tener esa suerte en mi vida!

Regulus miro a Davina un poco dudoso, pero al final se levantó del sillón y ambos se dirigieron a la puerta que me parece, era el baño.

— Mi turno —Lavender giró la botella.

Esta cuando se detuvo le apuntó a una chica de Ravenclaw. Ellas dos se levantaron y se dirigieron a la segunda puerta.

— Queda el cuarto de lavado —informó pícaramente Ginny— ¿Quién quiere ser el siguiente?

— Es turno de Her —propuso Ginny y Hermione le hizo segunda, girando la botella.

Cuando esta se paró, todos se quedaron en silencio y todas las miradas se posaron en mi.

—Si tu no quieres hacerlo no pasa nada, pueden girar la botella y que le toque con alguien más —me informó Susan con una amplia sonrisa.

— Si hace eso no tendrían sentido las reglas del juego —bufo Lavender.

Me terminé el líquido de la botella, sin prestarles mucha atención.

— Ya lo se, pero si el no quiere no esta obliga hacerlo —le informo Susan y Lavender negó varias veces.

— Si Matheo no quiere ...

Deje la botella de golpe en la mesa, logrando que se callara Lavender, luego me levante del sillón y me acerqué a Hermione, le extendí mi mano y ella tardo unos segundos en aceptarla, para levantarse del sillón.

— Vamos.

Ella me siguió en completo silencio, al igual que todas las miradas de los demás, hasta que entramos al cuarto.

— Si tu no quieres hacer nada —cerré la puerta— yo no pienso ...

Ni siquiera pude completar mi frase, porque en cuanto le puse el seguro a la puerta, me giré hacia ella y se lanzo hacia mi, besándome.

No estoy seguro quien de los dos había tomado más para no pensar con claridad lo que estábamos haciendo, pero no lo odiaba del todo.

Una cosa llevo a la otra y terminé subiéndola a la lavadora sin dejar de besarla. Mis manos se colocaron en sus caderas y la pegué hacia mi, por lo que ella enredó sus dedos en mi cabello. Luego de unos minutos deje sus labios y empecé a besarle el cuello.

De vez en cuando se le escapaban pequeños jadeos, que significaban que estaba disfrutando lo que estaba haciendo.

Volví a regresar a sus labios y Hermione sonrió entre besos, colocando sus manos en mi pecho, donde rápidamente empezó a quitar los botones de mi camisa, uno por uno, para cuando termino, se separo de mi y me barrió con la mirada, mientras se mordió el labio inferior.

— ¿Te gusta lo que vez?

— Me encanta.

Me tomo de la camisa y me jalo hacia ella para que la volviera a besar, mientras que me ayudaba a quitarme la camisa por completo.

Sin dejar de besarla, metí mis manos bajo su blusa y desabroché su sostén, pero antes de que se lo quitara, reaccione y me aparte de ella.

— ¿Qué sucede? —me pregunto con la respiración agitada.

La venganza de los RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora