22- ¿Estás bien?

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POV MORGAN

McLaggen entró a su habitación y al verme sentada en su cama intentó salir corriendo de nuevo, solo que esta vez no pasó de la puerta, porque a pesar de que aun no estuviera al 100, fui más rápida que él, como para llegar a la puerta primero.

— Tenemos que hablar.

— Tu y yo no hablaremos, así que lárgate de aquí.

— No me iré hasta que tu y yo hablemos —di un paso hacia enfrente y se alejo de mi.

— No te me acerques.

— ¿Qué te sucede? —pregunte desconcertada.

— Si me tocas aunque sea un pelo, le contaré todo lo qué pasó a Dumbledore y eso hará que te expulsen de Hogwarts —sin poderlo evitar sonreí de lado.

— ¿Me estás amenazando? —pregunté divertida.

— Te estoy informando lo que sucederá si me tocas.

— Solo quiero hablar contigo.

— Y yo ya te dije que no quiero hablar contigo ¿Qué es lo que tengo que hacer para que lo entiendas y te alejes de mi? —me preguntó frustrado.

— Sencillo, solo tienes que hablar conmigo y en cuanto yo obtenga lo que quiero, te dejare en paz.

— No. No hablare contigo de nada, así que lárgate.

Está consiguiendo que pierda la paciencia. 

Di un paso hacia él y automáticamente retrocedió como 6 pasos más.

— Sino te largas, voy a usar un hechizo contra ti —saco su varita y me apunto.

— Adelanté —lo reté, pero no hizo absolutamente nada— eres malo con eso de intentar intimidar y amenazar a los demás, así que te recomiendo que dejes de hacerlo, porque solo das lastima.

— No soy malo —protestó muy ofendido— antes de que tu aparecieras en esté lugar, yo era muy bueno.

— ¿Y entonces que te su... —me detuve y sonreí mientras pasaba mi lengua por mi labio inferior cuando descubrí algo importante— ¿Me tienes miedo?

— No —intento sonar seguro, pero no lo consiguió, porque note como su voz tembló al final.

— Me tienes miedo —repetí divertida y cuando me iba a decir algo, su labio tembló— y ahí está la prueba —señale su labio— . Me tienes miedo, por eso me intentas amenazarme, solo que no funciona conmigo.

— ¡Oh! ¿a caso crees que no puedo lastimarte?

— Si y también creo que es más tu miedo a lo que yo puedo llegar a hacerte, como para arriesgarte.

— O sea que también crees que por miedo a ti, no le diré a Dumbledore todo lo que paso —solté una risita. 

Me está resultando muy patética la forma en la que intenta estar a la defensiva conmigo, como si eso fuera a funcionarle.

— No, de eso si te creo capas de hacerlo en cualquier otra circunstancia, pero se perfectamente que está vez no lo vas hacer ¿o me equivoco?

— Si te equivocas —me informó seriamente y chasque la lengua.

— No lo hago y tu lo sabes perfectamente, solo que no lo quieres admitir —se que iba a protestar nuevamente, pero no le di tiempo y seguí—. No le has dicho nada a Dumbledore, porque a ti tampoco te conviene hablar de eso.

— No es por eso...

— ¡Basta! —lo interrumpí irritada— no seguiré con esto, así que como tu no quieres cooperar conmigo, tendré que sacarte la información por las malas.

La venganza de los RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora