6- La princesita

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Ha pasado un mes y una semana desde el pacto con el ministro y debo de confesar que fue el mes más horrible de todos, pero de menos ya estoy de vuelta y aunque no me hace mucha ilusión tener que regresar a Hogwarts por otro año, si debo de admitir que prefiero mil veces estar aquí, que tener que volver a repetir algo de todo lo que pasó en este mes.

En este momento estaba en el vagón de los nuevos, para evitar a todos los que me conocían y así no tener que contestar ninguna pregunta, ni tampoco escuchar los rumores de lo que paso esa noche.

Por desgracia para mi, mi tranquilidad duró menos de 10 minutos, ya que de un momento a otro dos chicos empezaron a contar como habían sido sus perfectas y emocionantes vidas antes de llegar aquí y al parecer eso les empezó a llamar la atención a los demás, porque cada vez se juntaban más personas para escucharlos hablar, cosa que me parecía verdaderamente patético.

—  Ya hemos hablado mucho de nosotros —rodee los ojos.

Me alegro que se de cuenta de ello y espero que ya se callen o me veré obligada a hacer algo para cerrarles la boca y poder tener un viaje tranquilo.

— Escuche el rumor de que la hija de Voldemort estará nuevamente en Hogwarts ¿Alguno sabe algo al respecto? — preguntó nuevamente el chico con un tono de arrogancia en su voz y suspire frustrada.

Bien, definitivamente ya era mi momento de intervenir, porque la idea de venir en este vagón era evitar escuchar cualquier comentario respecto a mi persona.

— No es un rumor —habló otro chico distinto a los dos que llevaban hablando desde el inicio del viaje— Morgan si regresa a Hogwarts.

— No entiendo porque la aceptaron de vuelta —habló una chica confundida.

Para ser sincera, yo tampoco lo entiendo y no es como que hubiera sido mi decisión, porque la realidad era que yo no quería regresar, claramente no tenía en donde quedarme, pero en mis opciones nunca estuvo presente la idea de regresar a este lugar. Yo solamente quería desaparecer del radar de todos, sobre todo la del ministro, porque en cuanto se entere de la verdad, se que va a venir a buscarme y no estoy preparada para enfrentarlo.

— Yo estoy feliz de que la aceptara de nuevo —la voz del segundo chico genero varios murmullos por parte de los demás y logro llamar mi atención.

— Muero de ganas de conocerla —le hizo segunda su amigo.

— ¿Por qué? —preguntó otro chico realmente confundido.

— ¿Acaso no les da miedo?

— No ¿Por que debería de darnos miedo? —pregunto nuevamente el chico con arrogancia.

— Porque escuche que es mil veces peor que su padre.

Sin poder evitarlo se me escapo una risa amarga y eso ocasiono que todas las miradas se pusieran en mi.

— No deberían creer todo lo que dicen de ella —hable sin despegar la vista de la revista que le había quitado a Luna sin que se diera cuenta antes de subir al vagón— la mayoría solo son rumores.

Escuche ruido y cuando alce la cara de la revista, me di cuenta que ya tenía a los dos amigos sentados enfrente de mi.

El primer chico tenía un aire de elegancia casual y me miraba de manera arrogante, pero con cierta diversión, lo cual solo confirmaba mis sospechas de que era un chico problemático. Su cabello era negro y largo, su tez era pálida y tenía unos llamativos ojos grises.

El segundo chico también me miraba, pero de una manera distinta, ante sus ojos parecía como si estuviera tratando de descifrarme y al contrario de su amigo, él se veía amable y bondadoso, también era pálido, su cabello era castaño claro y tenía una leve cicatriz en la cara.

La venganza de los RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora