4- El juicio

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POV MORGAN

Iba caminado por el pasillo lleno de gente que se ocupada caminado hacia todos lados, cuando una voz que reconocía muy bien, me llamo.

— ¡Morgan! —al escuchar a Theo me detuve de golpe.

— ¿Como estas? —me cuestiono Newt examinándome de pies a cabeza.

— Estoy bien —asegure— ¿Que hacen aquí?

— Nos enteramos de todo esto y venimos a verte.

— ¿Los demás también lo saben? ¿Van a venir?

— Por su bien esperemos que no vengan o las cosas pueden salir muy mal —me aseguro Newt y asentí.

Tenía razón, era mejor que no se presentarán.

— Estamos preocupados por ti y tenemos miedo de que ... —Theo iba a seguir hablando pero la  irritante voz de Dolores sonó por todo el pasillo interrumpiéndolo — Riddle —chilló mientras se acercaba a mi— tomate eso y acompáñame —me entregó un vaso y tomo mi brazo, jalándome para que la siguiera.

Mire sobre mi hombro y mi mirada se cruzó con la de Theo.

De golpe Dolores se detuvo en medio del pasillo y me miró frunciendo el ceño.

— ¿Qué esperas?  —miro el vaso y luego me miro a mi.

Antes de que pudiera decirle algo, me obligo a tomarme el contenido del vaso.

No se si era una especie de droga o que era lo que tenía el vaso, pero no me quitó los ojos de encima hasta que se aseguró de que no hubiera ni una gota en el vaso. Una vez que estaba vacío me lo arrebató de las manos y seguimos caminando por el pasillo, hasta llegar a una puerta.

Al entrar todos los magos y brujas importantes estaban sentados en las gradas, observándome y murmurando cosas que aun no podía entender porque mi lado vampiro seguía en pausa o desaparecido.

En el momento en el que llegó el ministro de magia, todos guardaron silencio, pero aún seguían mirándome y juzgándome con la mirada, cosa que me inquietaba un poco, pero tenía que fingir que no sucedía nada.

— Audiencia del 19 de diciembre,  por varios delitos cometidos por Morgan Riddle  —anunció el ministro y todos empezaron a murmurar nuevamente.

— ¿Qué es de ti el señor tenebroso? —me preguntó un hombre que estaba sentado a la izquierda del ministro.

— Él dice ser mi padre  —respondí de manera indiferente y los murmullos aumentaron.

<<¿Que acaso nadie intuye que es mi padre si compartimos el mismo apellido? >>

— ¿Cuáles son los cargos? —preguntó Dumbledore, entrando por la puerta.

— Albus, creía que no vendrías — confesó el ministro viéndolo sobre el papel que tenía sobre sus manos.

— Tuve unas complicaciones — Dumbledore miró a Dolores y ella le sonrió forzadamente— pero ya estoy aquí, así que ... —hizo una pausa— ¿Cuáles son los cargos?

— Ha agredido a docena de muggles...

— Eso fue un accidente —lo interrumpí y me lanzó una mirada muy fea por haberlo hecho.

— Ha utilizado maldiciones imperdonables...

— No hay pruebas de eso —me ignoró y siguió leyendo.

— Estuvo ayudando al señor tenebroso.

— No tuve elección —apreté los dientes molesta.

La simple mención de ese nombre me causaba conflictos.

La venganza de los RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora