23- Las palabras duelen más

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POV DRACO

Sin decir ninguna palabra, me levante del sillón y empecé a caminar. No estaba muy seguro de a donde iba, pero no dejaba de caminar. Mis pies se movían de manera involuntaria, al parecer sin rumbo aparente, hasta que me detuve enfrente de la puerta donde estaba la única persona que había estado evitando desde que fue mi cumpleaños.

— ¿Draco? —estaba muy sorprendido de verme ahí— ¿Qué haces aquí?

Me gustaría poder responder esa pregunta, pero ni siquiera yo sabía exactamente porque estaba aquí parado, enfrente de él, si se supone que fui yo el que se estuvo esforzando para evitarlo.

— ¿Draco?  —sin responderle, lo empuje para que se quitara de la puerta y pudiera entrar— ¿Qué estás ...

No lo deje terminar su pregunta, porque estampe mis labios contra los suyos.

Tardó unos segundos en corresponderme el beso, pero cuando lo hizo, sentí un gran alivio, porque por un segundo creí que me apartaría. En el momento en el que colocó sus manos en mi cabello, sentí una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo, como la vez que nos besamos en mi cumpleaños.

— No espera —se separó de mi luego de unos segundos— ¿Qué te sucede? —estaba dispuesto a contestarle, aunque realmente no sabía que le iba a decir, pero me ganó—. Pasas toda la semana evitándome y de un día para otro llegas hasta aquí y me besas, así que dime ¿Qué demonios te pasa?

— No lo se —confesé soltando el aire con frustración— y si esperas una explicación, te recomiendo que dejes de hacerlo, porque no podre dártela.

— Pues si, exactamente eso espero —me aseguró con el ceño levemente fruncido— ¿Esta vez por que estás aquí? —me cuestionó nuevamente— ¿Extrañas a Pansy o Morgan no te ha hecho el suficiente caso el día de hoy y quieres atención de mi parte, para  hacerte olvidar todo lo que sucede en tu vida. 

— Joder —rasque mi nuca nervioso— ¿En verdad crees que por alguna de esas cosas estoy aquí?

— Si.

— Pues no —gruñí— estoy aquí, porque quería verte.

— ¿Después de ignorarme toda la semana querías verme? 

— Si.

— No te creo —soltó un poco enfadado.

— No vine hasta aquí para saber si me creías o no —exclamé ahora yo irritado.

— ¿Entonces a que viniste? —me preguntó cruzándose de brazos.

— ¡No lo se! —gruñí apartando la mirada de él.

— Vete.

— ¿Qué? —lo mire confundido, porque no esperaba que me corriera.

— Vete de mi cuarto y regresa cuando sepas por que estas aquí.

— ¿Eso es lo que quieres de verdad? —pregunté molestó.

Estaba tan confundido y molesto al mismo tiempo, que no estaba pensando con claridad. 

— Si.

— Bien —exclamé— de todos modos no debí de haber venido —me acerqué a la puerta y antes de que pudiera tomar el picaporte, me tomó del brazo, deteniéndome— ¿Ahora que quieres?

Como respuesta, obtuve sus labios sobre los míos.

Sin pensarlo mucho, lo tomé de la camisa y lo acerque más a mi de manera que el beso se profundizo más.

Esto se sigue sintiendo tan bien.

No se como pude pasar toda la semana sin besarlo.

Mientras mas nos besábamos, mas ansiedad tenía por arrancarle toda la ropa, así que sin pensarlo mucho, desabotone toda su camisa, de un solo tiro, a lo que él sonrió y repitió mi acción. 

La venganza de los RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora