32- La fiesta de Lupin

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POV MORGAN

Sin necesidad de verlo, supe que nuevamente se trataba de Matheo, con el puro contacto de su piel con la mía.

— Desde que terminamos —suspire pesadamente— muchas veces he querido borrarte, pero hasta en mis sueños apareces —me tome todo el liquido del vaso de un trago— Necesito decirte que incluso ahora que no somos amigos —mi corazón se hizo chiquito— no he parado de buscarte.

Me he dado cuenta de ello.

— De acuerdo —intente hacerme la indiferente.

No quería doblar las manos y dejarme llevar por el alcohol que ya tenia en el sistema, no después de que había conseguido mantenerme firme por dos meses.

— Morgan —se molestó cuando zafarme de su agarre, sin mirarlo.

— ¿Tienes otra cosa que quieras decirme? —le pregunté, mirándolo de reojo.

— Te extraño.

— Estás borracho —aseguré sin prestarle mucha atención a lo que decía.

— También —me dio la razón— pero lo que digo es cierto... Yo te extraño y quiero que volvamos —se me escapo una risita.

— Deja de decir tonterías Matheo, tu y yo no hemos hablado en semanas, así que no me vengas con eso ahora.

— Que no hayamos hablado en días, no significa que el sentimiento haya desaparecido.

— ¿No? —me zafe de su agarre— creía que a ti los sentimientos te desaparecían de un momento a otro.

— Morgan por favor.

— ¿Por favor qué? —estaba empezando a desesperarme.

— Quiero regresar contigo.

Yo también.

<<¡No!>>

— No hablas en serio —asegure con una combinación de sentimientos.

— Hablo muy en serio —me aseguro, viéndome directamente a los ojos.

Sabia que esta vez no me estaba mintiendo, pero estas no eran las condiciones para decirme algo tan importante como eso.

Lo extrañaba con todo mi ser, pero no iba a regresar con él, porque me confesara sus sentimientos borracho.

Los borrachos dicen siempre la verdad.

Eso ya lo se, pero no lo iba a aceptar así de fácil, no después de todo lo que me ha hecho pasar en estos últimos meses.

Tome aire, preparándome mentalmente para regresarle los pies a la tierra, cuando sentí una mirada muy pesada sobre mi.

Deje de centrarme en Matheo y me di cuenta que Hermione, Ginny y Cho me estaban observando a lo lejos.

Una sonrisa de lado apareció en mi cara, cuando mi mirada se cruzo con la de Hermione y una mala idea se cruzo por mi cabeza.

"Él nunca me dejara"

Sus palabras resonaban por mi cabeza y regrese mi atención hacia Matheo, cuando vi que Hermione empezaba a caminar hacia nosotros.

Era el momento de borrarle la sonrisa arrogante que tenía hace rato.

— Entonces ... —hablé más fuerte para asegurarme que me escuchara— ¿me quieres de regreso?

Matheo movió la cabeza en señal de afirmación.

— Entonces dilo —le pedí con indiferencia.

— Te quiero de vuelta —Hermione se detuvo de golpe al escuchar las palabras de Matheo —por favor —mi sonrisa se amplió más y me concentre en Hermione, la cual estaba rígida como una piedra.

La venganza de los RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora