Capitulo 25

233 34 2
                                    

Anastasia

Observe la maleta tratando de hacer una lista mental de las cosas que aún necesitaba, pero mi vista regreso a mi portátil leyendo una vez más "Capítulo 1" mordi mi labio inferior, me había puesto como meta escribir al menos un cuento pequeño, desarrollar alguna habilidad que no fuera leer tan rápido novelas románticas caóticas, pero no había nada en mi cabeza, o al menos no encontraba la manera de llevarlo al capítulo 1.

Camine al armario para colocar la portátil en unos de los estantes, pero al empujarla topo con algo, me pare sobre mis dedos intentando poder ver lo que impedía colocar mi portátil.

Estire mi brazo tomando una caja negra, me senté en el piso, había polvo y al abrirla encontré fotografías de muchos pequeños, le di la vuelta a la primer hoja y en tinta negra se encontraba escrito

Elliot
Christian
Mía

En mi corazón para siempre.
Mamá ♡

Sonreí por tan bonita nota, mi madre siempre había sido una mujer muy cariñosa, que carecía de detalles, Ray siempre fue bastante dulce y demostrativo, pero luego estaba... El, Conocía tan poco de él, de mi padre jamas se había presentado en mi vida, más que los muchos regalos que enviaba y lo último que había sabido con Elliot, mis labios se apretaron sentía una punzada en mi pecho, aquello último había dolido y no sabía cuánto había perdonado de aquel acto, suspire, en fin mi padre nunca había estado, estaba por casarme con Elliot, y Christian pues había desaparecido por dos días, este era el último día en casa de Aspen y después de eso me casaría con Elliot, sabía que habíamos venido aquí para intentar arreglar lo que había pasado con nosotros en los días anteriores, pero realmente no se sentía así, con la desaparición de Christian, Elliot la pasaba al teléfono con su familia intentando buscar algo de el y yo me encontraba encerrada en mi habitación enviándole mensajes, llamándolo... no había nada.

– ¿Tienes hambre?

Levante la cabeza observándo a Elliot entrar con una bandeja de comida y un ramo de... girasoles, sonreír y me acomode en la cama.

– Oh Elliot son una belleza.

– Lo sé, se que te encantan, mira se que estos días han sido caóticos, pero nos casamos mañana y quiero que te sigas sintiendo como lo que eres, la mujer más amada.

Tome su rostro entre mis dedos, acariciándo sus labios con los míos en un cálido beso, suave y profundo, sus manos envolvieron mis caderas, mis dedos acariciaron su nuca aferrandome a el, mordi su labio gentilmente y el comenzó a reír apoyando mis espalda contra la cama, hice una mueca ¿se reía de mi? intente apartar eso de mi cabeza y repeti la acción para la risa esta nuevamente ahí, me aleje tratando de reír y lo vi a los ojos.

– ¿Que están gracioso?

– Oh Ana, eres tan adorable y me causa mucho ternura cuando haces eso, algo tan atractivo. – volvió a reír dandome un beso en la frente y levantándose de la cama. – Te quiero preciosa, come, yo saldré a comorad unas que necesito antes de la boda, volveré más tarde y volvemos a casa.

Elliot salió de la habitación y yo me quedé sobre la cama, colocando mis manos sobre mi estomago y me quede observando el techo, rei negando tratando de no romperme por tal humillación, ya había pasado por algo así, ya lo habíamos vivido su ligero rechazo, su "cuando nos casemos" me veía adorable, tal vez era era la diferencia por el resto.

En el espejo dos lados y un solo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora