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Narra Victoria

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Narra Victoria.

Al día siguiente, la luz tenue del amanecer llenaba la habitación donde Francis y yo habíamos compartido una noche de pasión y conexión intensa. Sin embargo, no nos despertamos con sonrisas o miradas llenas de complicidad. En su lugar, nuestras cabezas dolían levemente y nuestros pensamientos se encontraban envueltos en un estado de confusión.

Nos miraron mutuamente, buscando en los ojos del otro alguna pista sobre lo que había sucedido la noche anterior. La expresión de sorpresa y desconcierto en nuestros rostros era evidente, y un incómodo silencio se cernió sobre la habitación.

—¿Estás... estás bien?—preguntó Francis, su voz ronca por la falta de sueño y la confusión.

Yo asentí con lentitud, mi mano estaba sobre mi frente, mientras trataba de organizar mis pensamientos.

—Sí, estoy bien, pero... todo es un poco borroso.

Francis frotó su sien con gesto incómodo, pareciendo compartir la misma confusión.

—Parece que tal vez bebimos más de la cuenta.

Solté una risa suave, a pesar del dolor de cabeza.

—Sí, eso parece ser una posibilidad.

El silencio se mantuvo, una tensión palpable mientras luchábamos por encontrar las palabras adecuadas para enfrentar lo que había sucedido. Sabíamos que algo había cambiado entre ellos, pero no estaban seguros de cómo abordarlo.

Finalmente, rompí el silencio.

—Francis, necesitamos hablar sobre lo que pasó anoche.

Él me miró con seriedad, esperando mis palabras.

Suspire y mire fijamente

—Lo que sucedió... me gustó. Fue intenso y apasionado, y aunque estoy un poco confundida, no puedo negar que me gustó.

Francis asintió lentamente, su expresión reflejando una mezcla de sorpresa y entendimiento.

—Yo también lo disfruté. Fue inesperado, pero no puedo negar que hubo algo especial.

El alivio se instaló en la habitación mientras compartíamos un entendimiento tácito. Habíamos compartido algo significativo, aunque no estuvieran completamente seguros de cómo encajarlo en las vidas.

—Pero ahora, ¿qué hacemos?—Pregunte, con una ceja alzada en cuestión.

Francis sonrió, su expresión cargada de complicidad.

—Podríamos enfrentar esto juntos, ser honestos el uno con el otro y ver a dónde nos lleva.

Considere antes de asentir lentamente.

—Sí, eso suena razonable. Pero, ¿qué tal si... mantenemos esto en privado? Quiero decir, ser amigos en público, pero en privado...

Francis me miró, una ceja alzada en expectación.

Reina de Francia. (Bill Weasley y Victoria Royals)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora