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Narra  Victoria

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Narra  Victoria.

Sentía que necesitaba un momento de intimidad. Abandonamos discretamente el bullicio del salón, lo guié a un pasillo que estaba oscuro y solo.

Una vez a oscuras, Francis me tomó en sus brazos y me dejó sobre la pared, con mis piernas rodeando su cadera mientras nos besamos apasionadamente, esto era lo que necesitábamos más que nada. Necesitaba que mi amante favorito me tomara.

—¿Quieres hacerlo aquí?—me dijo con una voz tan ronca mientras mordía mi oreja.

Yo gemí.

¿Era eso lo que quería?

¿Quería desafiar a mis padres, acostándome en mitad de los pasillos con la persona que estoy obligada a desposar?

Si. Era lo que quería.

—Bájate ese pantalón cariño y follame tan duro que me obligue a contener todos mi gemidos.

El primero abrió los ojos, para luego sonreír pícaramente.

—Si es lo que la princesa desea...de o dárselo, después de todo soy el invitado en tu país.

Narra Bill.

Vi a la parejita real salir del salón, así que los seguí. Iba un poco alejados para que no me vieran y me sorprendió lo que vi y escuché. Mi enemiga está siendo follada en mitad del pasillo del castillo real de ingletes, en plena fiesta de navidad.

Primero fue sorpresa lo que vi, no esperaba encontrarme con esto, quizás con besos por su relación de pareja, pero nunca esto. Mi corazón latía con fuera mientras veía la escena. No podía apartar la mirada de ellos entregándose a la lujuria.

En ese momento recordé nada más ni nada menos, que el casi beso, ¿donde la hubiera besado, sería yo quien la tuviera con las piernas abiertas recibiendo mis estocadas? Me sentía completamente celoso, ver a Victoria mi enemiga en los brazos de otro hombre, encendió una llama interna pero también una sensación de impotencia. Me preguntó si alguna vez habría tenido una oportunidad real con ella.

La tristeza persistió y se mezcló con un sentimiento de resignación. A pesar de mi deseo de luchar por Victoria, me dio cuenta de que tal vez era hora de aceptar que ella había elegido a Francis. Esa resignación pesó en mi corazón como una losa.

Quizás nunca sentí odio por ella...

Mientras seguía observado la tensión en el pasillo aumentaba, los gemidos y los golpes de piel era cada vez más fuerte, vi como Francis colocó una mano en la boca de victoria para que no gimiera muy alto. Ella tenía la cabe tirada para atrás y sus ojos le hacían juego. En un movimiento desesperado los ojos de Victoria se encontraron con los míos. Sentí un escalofrío en mi espalda cuando nuestras miradas de entrelazaron.

Victoria mostró sorpresa en su rostro al verme allí, y sus ojos revelaron una mezcla de emociones. Hubo un segundo de silencio que pareció una eternidad antes de que Francis se diera cuenta de la mirada de Victoria y se volviera para ver a quién estaba mirando.

Francis saco su miembro de victoria, haciendo que ella gima cuando no lo sintió y la bajó con cuidado, el se acomodó el pantalón aunque aún se le notaba el duro bulto entre sus piernas. Lo mejor que hice fue irme, dándole una ultima mirada a Victoria.

Narra Victoria.

Bill se fue corriendo, me acerqué a Francis con una expresión preocupada.

—Francis, necesito hablar con Bill. Esto podría complicarse aún más si no lo hago.

—Victoria, esto no es lo que teníamos planeado para esta noche. ¿Realmente tienes que hacerlo ahora?—dijo agarrando su bulto entre sus piernas, yo me mordí el labio sin poder evitarlo.

—Sí, es importante. No puedo dejar que esto se vuelva un escándalo en el palacio. Déjame encargarme de Bill, y luego continuamos en tu habitación.

—Está bien, pero apresúrate. Esto no debería tomar mucho tiempo.

Yo asentí y me aleje rápidamente en busca de Bill. Lo encontré en el salón de baile y tomando del brazo lo aleje de todo el mundo. El estaba visiblemente muy enojado

—Victoria, ¿qué diablos estás haciendo con Francis? ¿No era suficiente lo que pasó en el baile?

—Bill, necesitas escucharme. Mi relación con Francis es... es falsa.

—¿Falsa? ¿Qué estás diciendo? Eso no es lo que parecía ahora que estaba entre tus piernas.

—Bill fui comprometida con el apenas nací, nuestras familias nos tenían sofocados por eso, así que comenzamos a fingir una relación amorosa, que después pasó a lo sexual

—¿Así que tu relación con Francis es solo una fachada?

—Si, solo es eso

—Soy un estupido.

—¿Por que lo dices?—le pregunté.

—Porque sentí celos de no ser yo el que estuviera en su lugar.

—¿Disculpa?

—Lo que oíste, soy yo el que quería estar teniendo sexo contigo.

Dijo para intentar irse...pero no lo dejé.

—Se supone que me odias.

—Que te odie y odie tu estilo de vida, no quite que te pueda desear...que disfrutes lo que queda de la noche.

Así el se fue, yo quede confundida. No negaré que me sentí bien cuando me di cuenta que nos estaba viendo y que me gustaría que el lo hiciera, pero nos odiamos mutuamente.

Ya no voy a pensar en eso, iré a quitarme todo este estrés con la mejor persona del mundo para esta tarea. Francis.

Llegue a mi cuarto y cerré la puerta detrás de mi, el está en la cama, yo me senté sobre sus piernas.

—¿Todo bien?

—Eso creo, luego hablamos de eso, mientras ayúdame a olvidar.

Dije sobre sus labios.

El sonrió pero no me beso.

—Antes quiero darte este pequeño regalo de navidad, aunque es un regalo para ambos.

Dijo dándome un paquete en una caja, yo lo abrí y no pude evitar lo que era.

—Me compraste un vibrador.—dije riendo.

—Solo si quiere usarlo esta noche, tengo ganas de jugar contigo.

Yo lo vi pícaramente y abrí el juguete sexual y se lo di a el, yo me levante y con su mirada encima dejé que el vestido cayera, dejándome en lenceria, con tacones y una corona, aunque esta no perdió el tiempo en quedar en el suelo. Me volví a sentar sobre el y le acerqué a su oído a decirle.

—Comienza de una vez.

Reina de Francia. (Bill Weasley y Victoria Royals)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora