Ataru comenzaba a sentir, después aquellas horas destinadas atendiendo sus necesidades, el importante anuncio que le indicaba atender las demás, especialmente las básicas, sintiendo de inmediato cómo sus labios secos y su garganta desquebrajada necesitaban agua con urgencia.
Con mucho cuidado de no despertar a Lum, se liberó de sus brazos mientras desnudo se paseaba por la nave en búsqueda de algo que tomar; pudo notar que habían algunos cambios para nada que le llamara la atención en particular, encontrando por fin algunas botellas en lo que parecía ser una pequeña cocina.
Esperando que fuera algo que su cuerpo terrestre pudiera soportar, tomó una botella completa casi de un trago encontrando que sabía bastante bien, disminuyendo la probabilidad de que fuera algo tóxico para su sistema.
Volvió a acostarse en la cama mirando a Lum aún desnuda agitarse en el colchón probablemente soñando; esto le pareció tierno y acostado de lado comenzó a acariciar su cabello que durante aquellas horas había podido apreciar casi de todos los colores.
Lum comenzó a despertar pausadamente mientras Ataru la sostenía en un abrazo mirando cada gesticulación asociada a su despabilación, sintiéndose enamorado de cada pequeño movimiento. Sus ojos se encontraron mientras él le dirigía una sonrisa.
-Te amo- anunció por fin sintiendo que era lo que necesitaba decir, lo que quería decir, atorado en su herido corazón todos estos años.
Lum comenzó a llorar primero de manera pausada en el pecho de Ataru que la abrazaba para después tornar a un llanto distinto que comenzó a preocuparlo.
-Lum ¿qué pasa?- preguntó con miedo
-Darling- se separó brevemente de su abrazo- estoy casada.
Ataru que minutos atrás se sentía tan feliz, tan en paz, llegando al punto en que quería ponerse a cantar de pronto se sintió destrozado, la cascada de neurotransmisores asociados a la intensa actividad sexual que lo protegían de su síndrome de abstinencia parecían desaparecer, haciendo que comenzara a sentir una opresión en el pecho mientras respiraba agitado.
-Darling- gritó asustada Lum- ¿qué tienes?
Veía al hombre ponerse pálido, con dificultad para respirar y con una mirada de angustia que le rompía por completo el corazón, no recordando haberlo visto así jamás.
-Las pastillas...las que estaban junto a los chicles- dijo con dificultad
Lum corrió a donde había puesto todo aquello que encontró en la mesita y que le parecía importante traer pues no sabía si eran cosas importantes para Ataru. Se dirigió a donde estaba el hombre comenzando casi a hipeventilar mientras con sus manos temblorosas le indicaba el número 2.
Lum sacó rápidamente dos pastillas mientras Ataru las tragaba sin tomar agua cerrando los ojos mientras esperaba el efecto del medicamento concentrándose en respirar. Lum lo miraba preocupada y entristecida sin saber qué hacer para ayudarlo.
Después de algunos minutos, Ataru abrió los ojos ligeramente recuperado.
-¿Lo amas?- preguntó en un hilo de voz teniendo terror de la respuesta
-No- se apresuró a contestar Lum- se trata de un matrimonio arreglado
Ataru se tranquilizo ligeramente mientras reconocía que siempre había sido una posibilidad que ella ya no estuviera soltera, pero saber que no amaba al hombre con el que estaba le daba fuerza para luchar por ella.
-Darling- preguntó Lum- ¿estás enfermo?
Ataru lo pensó por algunos segundos, sabiendo que no era una opción mentirle cuando ella había confesado probablemente la única verdad que podía separarlos.
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23 años | URUSEI YATSURA|
FanfictionMediante una máquina del futuro que no te permite viajar sino conocer datos específicos del mañana, Lum pregunta cuál sería la edad en la que su relación con Ataru iba a avanzar ¿23? ¿¡Por qué tanto tiempo Darling?! Un enemigo del pasado usará est...