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///Flashback///

-Erin- saludó Lum con voz fría después de salir de su impacto inicial

El oni se sentó a la mesa con elegancia mientras comenzaba a comer las botanas dentro de la canasta que adornaba el centro de la mesa, lucía despreocupado y feliz.

-Padre, necesito hablar contigo en privado- pidió Lum con los cuernos comenzando a crecer y levantándose de la mesa

-No Lum- murmuró su padre tomando asiento- Erin es tu futuro esposo, todo lo que tengas que hablar conmigo también le compete a él.

De su cuerpo empezaron a emerger ligeros rayos de electricidad que únicamente preocuparon al rey mientras que Erin se servía una copa de vino.

-¿Dónde está mi madre?- solicitó en un grito

-Ella no está- confesó el rey Oki bajando la mirada

-¿Por qué no?- preguntó Lum comenzando a arrugar el mantel blanco bajo sus manos

El rey se mantuvo en silencio, en realidad, su mujer se oponía al matrimonio de Lum, de hecho, ella se negaba a cualquier cosa que no formara parte de la voluntad de su hija, y por muchos años, él tomó esa misma actitud, que había resultado en lo que veía ahora frente a él.

Lum tomó varias copas de la mesa y comenzó a destrozarlas lanzándolas contra la pared, sintiendo que aquello sería pronto insuficiente. Sus pupilas dilatadas, su pecho elevándose de manera acelerada presa de la ira mientras sus cuernos y colmillos duplicaban su tamaño.

-¿Dónde está mi madre?- volvió a preguntar ante el nerviosismo del rey y la indiferencia total de Erin que continuaba comiendo y bebiendo vino.

Tomó con ambas manos el florero para aventarlo al suelo, provocando un ruidoso estruendo que alertó a los sirvientes que se encontraban cerca.

-No entren- anunció el rey Oki a la puerta- mi hija únicamente se siente indispuesta.

Erin por su parte, aún con una expresión despreocupada, comía alegremente algunas uvas que contenía la canasta de botanas mientras se servía más vino en la última copa que quedaba. Lum ante esto, se adelantó, tomando la copa y la botella para hacerlas volar por la enorme habitación.

Erin no reaccionó ante esto, optando por agarrar entre sus manos un racimo de uvas para continuar comiendo sin ser interrumpido por el arranque de la mujer que pronto rompió y destrozó todo lo que tuvo a su alcance, no limitándose a aquella mesa sino a todos los objetos esparcidos por el lugar, incluyendo cuadros y esculturas.

-Lum- pidió su padre- incluso aunque destroces el palacio entero, mi decisión está tomada.

-No puedes hacer esto, mañana me marcho con mis hombres a invadir un nuevo sistema.

-No hija, tú ya no harás eso, no es tu lugar

-¿De qué demonios hablas?- preguntó casi escupiendo las sílabas- yo soy la princesa ¿cuál otro sería mi lugar?

-Uno muy distinto al que has tomado, vaya, no es normal que una mujer de tu edad y tu condición se encuentre brincando por el espacio en tareas tan inapropiadas- el rey mostró  arrepentimiento en su mirada- nunca debí dejarte participar en las invasiones, pensé que con el tiempo ibas a perder el interés al casarte y formar una familia.

Lum se sintió herida, sabía ya que su padre era un machista de manual, pero comprar la decepción en su rostro hizo que su corazón doliera.

-No tengo ese tipo de intereses ¿y qué? Benten tampoco se ha casado.

-No me hables de ella- dijo su padre arrugando la frente- esa canalla nunca ha sido una buena influencia para ti, pasando los días en batallas y rodando en motocicleta, debe ser un deshonor para su padre.

23 años | URUSEI YATSURA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora