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Nadie lo vio llegar, al menos, nadie que pudiera reconocerlo, su raza tenía la peculiaridad de poder disfrazarse, ocultando o exagerando sus rasgos para parecer algo muy distinto a lo que en realidad eran. Sabía que esto era definitivo, que no había marcha atrás y aunque el miedo por su castigo lo esperaba, mucho peor era el de pasar una vida viendo el rostro compungido de Lum antes de dormir.

Al contrario de todos los otros recién aparecidos en los últimos días, no llegó al mostrador, no dijo las palabras mágicas "Tengo información valiosa para el caso real"; lo que necesitaba hacer, los pasos que tenía que dar, eran muy distintos a los que se habían avanzado con anticipación. Se escabulló entre las sombras, se escondió detrás de una apariencia de oni falsa; llegando al departamento perfecto para sus intenciones.

Rebuscó entre la ropa sucia de los oficiales, encontrando pronto uno de su talla; afortunadamente, el casco ocultaría la falla de su metamorfo intento de oni sin cuerno. Respiró profundamente antes de salir del lugar y unirse al resto de los judiciales en actividades simples que le permitieron evaluar en silencio la operación completa que acontecía.

Era media noche, por esa razón fue más fácil escabullirse, el personal era menos y honestamente, algunos incluso descansaban de manera cínica mientras el resto hacía actividades simples de limpieza u organización. En la bitácora, pudo notar que pronto se llevaría a cabo un cambio de turno en la celda, por lo que con mucha culpa, buscó al poseedor del nombre anotado.

"Este será mi último pecado en tu nombre" aseguró con firmeza en su mente

-Gin- mustió ante el oni que le daba la espalda cerca de la cafetera

-¿Eh?- se volteó pausadamente pues no reconocía la voz

Los labios se juntaron y antes de que pudiera quejarse, sintió cómo toda su fuerza lo abandonaba, resultando imposible hablar o moverse

-Lo siento- susurró In- no te preocupes, haber vivido esto no te hace homosexual- esto último lo dijo con frustración

Le quitó su instintivo con el nombre y modificó sus rasgos para parecerse más al oni que estaba desmayado; con mucha dificultad lo jaló hasta ocultarlo en un armario, aunque su cuerpo por fuera lucía como el de un oni guerrero, por dentro continuaba siendo In, el flacucho, el débil. Tomó las llaves del cuerpo inerte y se dirigió a la celda.

Erin dormía y por algunos instantes, el hombre se arrepintió de hacer esto, empero, pronto recordó que su alma maldita le clamaba responsabilidad. No entró a la celda porque sinceramente, lo creía capaz de matarlo, o de al menos, dejarlo gravemente herido como en el pasado.

-Erin- lo llamó con el tono más firme que pudo

El hombre se despertó, primero gesticuló confusión en su perfecto rostro, aunque de inmediato, esto cambio a una expresión de felicidad.

-In ¿viniste por mi?- con emoción se acercó a los barrotes

-No exactamente- le respondió cerrando con seguro la puerta- dime qué diantres hiciste para borrar la memoria de Lum y su esposo ¿has hecho conmigo eso antes?

Erin apretó los dientes, intentando mantener la calma, este era In, un tipo patético que siempre se dejaba manipular, podía lograrlo una vez más.

-Claro que no cariño- puntualizó en la última palabra- ¿por qué haría eso?

-NO TRATES DE ENGAÑARME- gritó- no más- jadeo en un tono más bajo, recordando que no podía ser descubierto

-Nunca lo he hecho- mintió- siempre has sabido todo

-Que te casarías con Lum para mejorar tu posición lo sabía- acusó con lágrimas en los ojos- y sólo lo acepté por tus promesas de siempre- tomo aire- pero lo que no conocía era que borraste su memoria y la de todos nosotros al parecer

23 años | URUSEI YATSURA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora