Capítulo 23

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Dos tonos más tarde, Diane escuchó la voz de su hermano. Se oía agotado. Era una voz monótona que delataba el aparente estado de tristeza y soledad en el que se encontraba.

La conversación fue corta y Diane no esperaba menos; quiso saber cómo estaba, pero él solo respondió un corto "normal". Sabía que su hermano no estaba bien, por lo que fijaron un lugar para poder verse. Al colgar, un escalofrío recorrió el cuerpo de Diane. Había sido demasiado para ella en una semana; aunque, " ¿acaso mi vida ha sido fácil desde hace un año?". Intentaba verle el lado positivo a toda su vida y estaba ciento por ciento segura que le habían ocurrido cosas buenas en los últimos ocho meses, pero su vida se había vuelto más agitada de lo normal.

Dio un giro cuando pasó el semáforo y dos cuadras más adelante encontró el parque que su hermano le había indicado. Se bajó del auto y rezó para que todo saliera bien; ya era más que suficiente para ella. Claro que sabía que su hermano le debía una disculpa, solo que no quería que la charla se tornase en una discusión.

Caminó un poco hasta que finalmente lo vio ¿Cómo es posible que en tan solo dos días una persona se viera tan demacrada? "Supongo que sea la culpa", pensó Diane.

Con cuidado se sentó a su lado. Tenía la cabeza entre sus manos mientras que sus codos se apoyaban en sus piernas. Cuando finalmente miró a su hermana, esta vio que tenía los ojos hinchados. " ¿Estaría llorando?".

-Leo...- no sabía qué decir. Tenía emociones encontradas; por un lado estaba su orgullo y por otro estaba su cariño hacia Leo.

-Didi- aquel apodo movió algo en ella que normalmente no hacía, pero tenía que mantenerse fuerte.

Ambos se quedaron en silencio.

-¿Por qué...? ¿Por qué eres tan sobreprotector conmigo?- sabía que la raíz del problema era aquella. La pelea de hace unos días solo fue resultado del comportamiento de su hermano, que chocó contra las ansias de Diane por rehacer su vida y ser una joven adulta corriente- Sé que eres mi hermano mayor y eso está en tu carácter, pero... a veces es demasiado para mí.

-Lo siento- susurró Leo, incapaz de mirarla. Lo dijo en una voz tan baja que casi Diane no lo escucha- Es solo que... aquello me rebasó.

-¿Aquello?- estaba confundida. No sabía si se refería a la noche en que no llegó a casa.

-Sí, en Voëx... Sé que fuiste la principal perjudicada, pero imagina esto: vives tranquilo con tu esposa, lejos de esa ciudad de mierda. Tienes tus propios problemas y tu propia vida. Finalmente te sientes libre y de repente, tus padres llaman diciéndote que tu hermana no está bien. Me cuentan lo sucedido y como abogado, corro hacia allá dispuesto a llevar a ese cabrón a un juicio y aplicarle todas las de la ley, pero como siempre... el dinero puede más que cualquier cosa en Voëx ¿Tienes idea de lo que fue para mí?

Su voz se rompió en algún momento del discurso. Todo lo que estaba rememorando era muy fuerte para él.

- No fui capaz de vengarte y luego ver a toda esa gente echándote la culpa mientras que tú te morías poco a poco ¿Cómo no te voy a querer proteger? El día del juicio, luego de la sentencia... al ver a ese hijo de puta de van Weinstein salir victorioso solo porque sobornó no sé a quién y verte a tu llorando de impotencia me prometí a mí mismo que te iba a cuidar. Por eso te traje aquí, para que pudieras olvidar el pasado...

-El pasado no se puede olvidar- interumpió Diane con un tono duro- Se queda como una marca para que siempre recuerdes lo estúpido, ingenuo e ignorante que fuiste en su momento ¡Yo vivo con ese pasado cada día!

-¡Y yo! ¡Y Nat! Y estoy seguro que nuestros padres también. No estás sola, Diane...

-Lo sé y les estoy agradecida. Ustedes han sido parte importante en mi recuperación, pero lo que quería decir era otra cosa.

Hasta que Diane nos separe [REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora