¿Alguna vez te has imaginado casado con alguien que nunca podrías soportar en tu vida?
Jisoo nunca se había imaginado eso tampoco, todo lo contrario. Se suponía que sería solo otra mañana normal, Jisoo se despertaría, desayunaría con su familia, lue...
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"El frío exhalado por mí debería haberte hecho correr.
Aun así, te quedas, extendiendo la mano que empujo."
A la salida del hospital caminé junto a papá en total silencio, todavía estoy tratando de digerir y entender todo lo que me dijo la Dra. Yeji. No es fácil saber que es posible que nunca recuerdes la mitad de tu vida. Lisa y mi madre están frente a nosotros, hablan bajo el uno con el otro, es decir, mi madre está hablando y Lisa solo la escucha.
Es muy curioso ver a las dos de esta manera, parecen tan íntimas, como grandes amigas de años. Me pregunto en qué momento Lisa logró la hazaña de conquistar a mi madre de esta manera, puedo recordar bien lo protectora que era en mi adolescencia hacia las chicas que intentaban acercarse a mí para tener una relación. Y ahora la señora Jihyo parece amar a Lisa de una manera tan verdadera.
Como si fuera madre e hija.
- Jisoo. - El Papá me llamó antes de despedirnos. Lo miro esperando que continúe. - Al menos hoy, por favor, trata de ser más amigable con tu esposa.
Tengo ganas de hacer una mueca por la forma en que se refirió a ella, pero todavía estoy demasiado aturdecida con las noticias de hoy para tener alguna objeción. Sonrío a mi padre y el abrazo.
- Prometo que me esforzaré.
Digo en su oído y lo escucho suspirar, alisando la base de mi espalda. Me aprieta más contra ti y deposita un beso en la parte superior de mi cabeza.
- Todo saldrá bien, princesa.
Intenta sonar confiado, aunque su expresión facial entrega lo temeroso que está. Abro una sonrisa amarilla y solo asiento con la cabeza.
Realmente espero que todo salga bien, papá... Y como espero.
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Lisa pasó todo el camino en silencio, pasamos por la farmacia y compramos la medicina que pasó la Dra., ahora estamos frente a la casa que compartimos y estoy esperando que diga algo o que al menos desbloquee las puertas pronto. Ella respira profundamente, sus manos aprietan el volante con fuerza. Me tengo los labios, mis manos inquietas en mi regazo, no sé qué decir y mucho menos si debo decir algo o simplemente callar.
