Veintidos

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"Un día me preguntaron "¿Qué has visto en ella?" y respondí "¡Lo que faltaba en mí!"

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"Un día me preguntaron "¿Qué has visto en ella?" y respondí "¡Lo que faltaba en mí!"

Necesito recordar dejar una jarra de agua cerca de la cama cuando me voy a acostar. Solo de estar bajando estas escaleras a esta hora, me dan ganas de golpearme por haber olvidado tomar una botella de agua antes. Tan pronto como llego a la habitación, veo que la luz de la cocina está encendida. Pero, ¿quién está despierto a esta hora?

- ¿Lisa? - Llamo tan pronto como llego a la cocina, ella salta sobre la silla y deja caer la olla en su mano sobre la mesa. - ¿Qué estás haciendo?

- Tienes que dejar de asustarme así.

Limpia las esquinas de la boca con la espalda de las manos. Sonríe torpemente y vuelve a coger la olla, que parece contener algún tipo de dulce. Tire de una silla y me siento frente a ella.

- ¿Qué estás haciendo despierta a esta hora?

- Por eso. - Apunta a la olla con la cuchara en la mano. - Me encantan las fresas con Nutella y malvavisco. - Llena la cuchara con un poco de esa mezcla de dulces y métela en la boca. - ¿Quieres?

La recomiendo con la mirada porque está hablando con la boca llena. Nego con la cabeza y apoyo los codos en la mesa. Lisa parecía bastante entretenida con la olla llena de dulces. Una pequeña sonrisa aparece en mis labios al verla ensuciarse un poco de su barbilla mientras devora las fresas con Nutella y malvavisco. Mirando así, es imposible decir que realmente tiene treinta años. Para ser honesta, ni siquiera parece haber pasado de los veinticinco todavía. Sigue siendo hermosa...

Dios mío, tengo que parar con eso.

- ¿Podrás llevarme al trabajo mañana?

- ¿Qué tal... - Traga lo que hay en tu boca. - Si conduces y yo solo estoy guiando?

- No.

Me arranco los ojos, todavía traumatizada por casi haber golpeado mi auto en su auto y por estar demasiado nerviosa hasta el punto de dejar que el auto muera al menos tres veces. No sé cómo me convenció de aprender a conducir la primera vez, pero esta vez tendrá que hacer mucho más que darme unos besos y decir que puedo.

- Pero, amor... Sabes que necesitas aprender a conducir. - Levántate de la mesa y lleva contigo la olla sucia de dulces y la cuchara. - Además, te encantaba conducir tu auto, y también necesitas conocer la ciudad. Después de todo, vives aquí, no puedo ser tu guía para siempre.

Viendo por ese lado tiene razón, tiene un punto. Pero, ¿qué hacer con toda mi inseguridad? Es imposible no sentir miedo, ese coche parece ser demasiado potente, imagínate si salgo disparado con él por ahí. Si ya golpeo los coches jugando a los videojuegos, imagínate en la vida real.

- No me siento segura para coger el volante... Tal vez debería ir a la autoescuela.

Lisa termina de lavar los platos y gira hacia mí, ni siquiera se seca las manos, haciendo que unas gotas de algo mojen el piso de madera. Su expresión muestra incredulidad.

STUPID WIFE - LisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora