¿Alguna vez te has imaginado casado con alguien que nunca podrías soportar en tu vida?
Jisoo nunca se había imaginado eso tampoco, todo lo contrario. Se suponía que sería solo otra mañana normal, Jisoo se despertaría, desayunaría con su familia, lue...
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Mi destino es tuyo y siempre que quieras saber dónde estoy solo mira a tu lado derecho, que estaré allí.
Fue como desplomarse de un edificio y despertarse antes de golpear el suelo.
Asfixiante.
Una gruesa capa de sudor por todo mi cuerpo. Siento que mi ropa se pega a mi piel. Intento enfocar mi visión en algo, pero todo parece turbio. Un toque en mis hombros y luego mi cuerpo se lanza hacia adelante y hacia atrás.
¿Qué es esto? ¿Por qué todo parece fuera de lugar?
- ¡Jisoo! - Oigo que mi nombre se llama a lo lejos, trato de abrir los ojos o moverme, pero es como tratar de soltarme de una tela de araña. ― Jisoo!
Esta vez la voz de la persona suena más grave y gracias al golpe en mi cuerpo, abro los ojos. Confundida, aturdida. Con miedo a lo que acaba de pasar. Mi respiración está desconsalada, parpadeo un par de veces cuando la luz dentro de la habitación molesta mis ojos. Entonces la veo, su mirada desborda preocupación y temor.
- Por el amor de Dios, habla conmigo. - Dos manos se apoderan de mi rostro. Todavía estoy confundido mirándola, sus ojos brillan de miedo. Sé que está preocupada, pero mi voz parece haber desaparecido. ― Jisoo.
― Lisa?
- Estoy aquí, amor. Estoy aquí contigo. - Solo entonces me doy cuenta de que todo fue una pesadilla perturbadora. Me siento rompiéndome poco a poco y sin pensarlo dos veces me lanzo sobre ella. Mi corazón parece comprimido dentro del pecho. Lisa me envuelve en sus brazos, apretándome contra su cuerpo. El aroma que desprende sirve como un tipo de calmante. ¡Ella está aquí! Todo es real. ― Fue solo una pesadilla, Luna. Todo está bien ahora. Estoy aquí contigo, estoy aquí.
Repite seguidas veces que todo está bien y ella está conmigo. Es todo lo que necesito para calmarme, pero no puedo. Todo fue tan real, me vi más joven, sentí todo lo que pasó. Fue aterrador pensar que mi familia no era real y que todo lo que he vivido en los últimos meses no había sido más que una maldita ilusión. No recuerdo haberme asustado tanto como lo estoy ahora.
Me aferro a Lisa como si quisiera fusionarnos. La aprieto contra mí con tanta fuerza, sin importarme que le esté haciendo daño. Necesito sentirla, necesito saber que esto es real. No esa pesadilla. Porque sí, una vida donde Lisa y Tae no existen sería una pesadilla para mí. La peor de las pesadillas. Necesito esta vida que he aprendido a llevar y amar.
Mi cuerpo tiembla violentamente, busco el aire desesperado. Lisa sigue tratando de calmarme, sé que está temblando. Tal vez tenga miedo o simplemente esté muy preocupada. Sus dedos que acarician mi cabello están fríos y temblorosos. Alejo un poco la cabeza para mirar su cara. Los ojos marrones brillan de una manera preocupada, pero ella está sonriendo. Mi sonrisa favorita en todo el mundo.
La sonrisa de la persona que estoy completamente enamorada.
― Se siente como si...
No la dejo terminar de hablar y besarla. Giro un poco de lado para pegarnos mejor los labios. Lisa parece sorprendida, pero me levanta un poco y abre la boca para que profundice el beso. Sonrío antes de morder su labio inferior y chuparlo. Sus dedos me agarran el cabello y es ella quien intensifica el contacto entre nuestras bocas.
