𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 5

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¿Ahora cómo me saco esa imagen de la cabeza? ¿Minho y ese chico estaban teniendo sexo?

Minho nisiquiera se asustó o trató de ocultarse cuando me vió, ¡Me sonrió!... Mi vida se está convirtiendo en una caja de sorpresas.

Hasta aquí puedo escuchar los quejidos de ese chico. ¿Por qué me siento así? Nunca me había pasado algo así y tampoco había visto algo parecido.

—Ah~ —solté una clase de chillido cuando pasé mi mano sobre el extraño bulto en mi pantalón de pijama. Rápidamente me tapé la boca y me levanté de la cama con sorpresa.

¿Qué fué eso? ¿Por qué mi pene está así?

Dios mío, hoy será una noche larga.


✧───୨୧───✧

Si fué una noche muy larga.

¿Por qué no pudieron cerrar la puerta al menos?

Pero bueno, por suerte hoy sí escuché la alarma y apenas es mediodía y ya terminé de organizar unos papeles que Minho me había encargado. Creo que me pondré a limpiar un poco para matar el tiempo.

Minho me dijo que podía usar el televisor pero no sé utilizarlo, lo intenté pero no supe, Minho tiene cosas muy tecnológicas. Tendré que pedirle que me enseñe... ¿Cómo voy a poder mirarlo a los ojos cuando llegue?

No puedo sacarme esa sonrisa de él de la cabeza y eso que no está aquí... Estoy metido en un gran lío.
¿Y si se enoja conmigo por andar de entrometido? Pero si él me sonrió no creo que esté enojado.

¡Lo había olvidado! Hoy es el día en que tienen que darme mi liquidación por todo el tiempo que estuve trabajando en ese restaurante del demonio. Solo espero que me paguen lo que me corresponde, debo ir a ver a mamá y no puedo llegar con las manos vacías o me matará.

Y ahora que lo pienso tendré que pedirle a Minho el favor de llevarme o que me enseñe dónde puedo tomar un taxi ya que Minho vive muy lejos del restaurante y no sé cómo llegar allá.

Que extraño todo esto. Si mi abuela me viera ahora no podría creer nada de nada... Y lo más seguro es que estaría enojada con mamá.

Olvidé la única foto que tenía de ella allá en el restaurante y lo más seguro es que ya la hayan botado o algo.

—Te extraño... —dije con una sonrisa nostálgica mientras pasaba la escoba por la sala de estar.

—¿A quién extrañas?

—¡Santo Dios! Señor Minho casi me mata del susto —dije sobresaltado gracias a la repentina aparición de ese sujeto. —No lo esperaba por aquí a estas horas.

—No me digas "Señor" Han, ¿Cuántas veces debo repetirlo? —habló Minho mientras se desabotonaba su camisa de vestir blanca. Yo estoy con mi mirada baja, me rehuso a mirarlo a los ojos. Simplemente no puedo, que vergüenza.

—Lo siento Minho —le respondí al tiempo que hacía una pequeña reverencia.

—No había mucho trabajo hoy así que decidí venir, ¿Terminaste con lo que te pedí? —me preguntó Minho mientras se deshacía del cinturón de cuero de su pantalón.

—Si, hice lo que me pidió —le respondí.

—Que bien. ¿Ya almorzaste? Vine conduciendo súper rápido para ver si alcanzaba a almorzar contigo.

Salvándote Donde viven las historias. Descúbrelo ahora