Por alguna razón no puedo dejar de temblar levemente, supongo que es por los nervios.
Esperaba a que Minho llegara y solo Dios sabrá lo que Ji-hoon está haciendo en la habitación de Minho.
Solo quiero que el rubio llegue y resuelva esto.Decidí ocupar mi tiempo preparando algo de comer, quizás cocinar podría ayudarme a distraerme un poco.
Mientras picaba los vegetales, podía sentir la ansiedad apretándome el pecho, pero me esforcé por concentrarme en lo que estaba haciendo. Cociné una sopa simple, llena de verduras y un poco de carne, la receta de mi abuela que siempre consigue reconfortarme.
El sonido de la puerta de entrada al abrirse interrumpió mis pensamientos. Minho estaba de vuelta. Mi corazón comenzó a latir con fuerza, anticipando la confrontación que estaba por venir.
Escuché la voz de Minho desde la entrada, llamándome pero no me moví de dónde estaba y lo próximo que escuché fueron sus pisadas subiendo las escaleras.
No pude distinguir las palabras exactas, pero el tono serio y enfadado de Minho se escuchaba hasta aquí y era inconfundible.
A pesar de la tensión, sentí un alivio al escuchar ese tono en la voz de Minho. Me confirmaba que él estaba dispuesto a enfrentar a Ji-hoon y solucionar la situación. No sé qué hubiera pasado si ellos estuvieran allá arriba conversando de lo más bien.
Después de unos minutos, Minho entró en la cocina. Su rostro estaba tenso, pero sus ojos buscaban los míos, llenos de una mezcla de disculpa y determinación. Pude ver a Ji-hoon con la cara roja y la mandíbula apretada detrás del rubio.
—Lo siento, Han —dijo, acercándose a mí. —Te prometo que no volverá a pasar, ¿Verdad Ji-hoon?
El pelinegro rodó los ojos hastiado y luego habló.
—No voy a disculparme con un sirviente —espetó y suspirando miró su reloj en su muñeca izquierda.
—Ya te dije lo que es Han para mí y el rol que cumple en mi vida.
El aire se tensó y la confrontación comenzó en un instante.
Minho se enfrentaba a Ji-hoon, exigiendo una disculpa en mi nombre. Ji-hoon, por otro lado, solo respondía con insultos más hirientes. Cada palabra suya era un dardo venenoso que me atacaba directamente, haciendo que me sintiera pequeño e insignificante.
Quería desaparecer, alejarme de este vergonzoso enfrentamiento y ahorrarle a Minho el peso de este problema.
Pero Minho no se quedó callado.
Con un grito de indignación, golpeó su puño contra el mesón de mármol, haciendo que Ji-hoon y yo nos sobresaltáramos.
La amenaza que siguió fue clara y firme.
—Si no te disculpas con Han, llamaré a la policía y te denunciaré por allanamiento de propiedad privada —dijo, su voz llena de ira justificada.
Hubo unos segundos de silencio tenso, un paréntesis en el tiempo en el que Ji-hoon parecía arder de furia. Sus ojos oscuros estaban clavados en mí, disparando dagas invisibles con su mirada.
Finalmente, gruñó un —Lo siento— que apenas se escuchó antes de abandonar la casa tan rápidamente como había llegado.
Cuando la puerta se cerró detrás de Ji-hoon, Minho se giró hacia mí. Su rostro estaba tenso, marcado por la batalla que acababa de librar. Pero sus ojos buscaron los míos, llenos de una mezcla de disculpa y determinación.
Me encontró paralizado, una única lágrima deslizándose por mi mejilla, un testimonio silencioso de mi dolor interno. Con suavidad, la quitó con su dedo, luego me abrazó con fuerza y me pidió disculpas.
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Salvándote
Fiksi RemajaUn chico joven llamado Han Jisung ha estado hasta el cuello de deudas desde que es adolescente. Una noche queda despedido del único trabajo en el que fué aceptado. No tiene a dónde ir, no tiene dinero ni donde caerse muerto. Decide ir al río Han y...