Salvándote

𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 4

No sé si estoy haciendo lo correcto, no debería estar aceptando esta ropa... Aunque es muy linda.

—Ya estoy listo, de verdad muchas gracias por esto, lo voy a cuidar mucho —le dije a Minho mientras entraba tímido a la sala de estar. —¿Cómo sabía mis medidas?

—No fué difícil, además que revisé tus zapatos para no equivocarme —habló Minho para después quitar la mirada de su celular y ponerla sobre mi —Te ves muy muy bien.

—No sea exagerado, gracias —dije sintiendo que mi cara se ponía roja.

—No estoy exagerando, ¿Cómo pudiste pasar desapercibido frente a los ojos de los demás? No me lo explico —habló él levantándose del sillón y tomando mis manos.

—Usted también es apuesto se- Minho —le dije mirando hacia otro lado. Pero no pude evitar mirarlo a los ojos cuando él me dió un beso en la frente.

—¿Nos vamos? —preguntó Minho y yo asentí no muy seguro.

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Nunca había pasado por estos lados de la ciudad, capaz de niño pero no lo recuerdo.

Hay tantas tiendas lindas, personas bien vestidas, niños sonrientes. Una vez yo fuí uno de esos niños, pero hace mucho tiempo.

—Llegamos —escuché la voz de Minho y dejé de andar deambulando mi mirada por todos lados y me centré. Él estaba estacionando el auto.

Minho bajó del auto y yo hice lo mismo.

—¿Qué quieres hacer primero? ¿Quieres ir a comer? —me preguntó Minho poniéndose a mi lado. —Hay muchos restaurantes por aquí.

—Pero de seguro son muy costosos... Yo hace mucho no pruebo la comida de Mc Donald's. Pero usted decide a dónde ir —dije tratando de ocultar mi nerviosismo con sonrisa de labios juntos. Miré a Minho y el sonrió mostrándome sus dientes.

—Iremos a dónde tu quieras. El Mc Donald's está dentro del centro comercial —dijo Minho y tomó una de mis manos en la suya —¿Te molesta si te tomo de la mano?

—Eh, no, no me molesta —le dije y él asintió. Me preguntó después de hacerlo, no podía decirle que no.

—¿En qué hospital está tu mamá? —me preguntó Minho mientras entrabamos al centro comercial. Que lugar tan lindo.

—No lo sé, ella no me lo dice. Solo me da las facturas y las recetas médicas con las medicinas que debo comprarle. Hace algún par de años ella se cambió a un hospital privado.

—¿Hospital privado? ¿Y por qué? ¿No me dijiste que no tenías tanto dinero para permitirse eso? —me preguntó Minho y yo resoplé.

—Por supuesto que se lo dije pero ella ya lo había hecho cuando me lo comunicó, es mi mamá y quiero lo mejor para ella después de todo —le respondí —Aunque, como te puedes dar cuenta, es algo súper difícil para mí.

—Si me dí cuenta. Eres super fuerte, yo no hubiera sido capaz de vivir soportar todo lo que tú estás soportando —habló Minho.

—Gracias... Pero por lo menos mi vida ha estado mejorando y es gracias a usted, a tí —le dije al final corrigiendome y haciendo reír a Minho.