Llegamos a la casa de Minho el cual me llevó cargado hasta su habitación y me dejó en su cama ya que yo estaba más dormido que despierto.
Estaba demasiado feliz, tanto que no podia dejar de sonreír, ni siquiera porque estaba prácticamente dormido.
Minho, con un gesto dulce, me quitó los zapatos y luego el resto de la ropa hasta dejarme en ropa interior. Me arropó con una manta antes de sentarse a mi lado.
Su presencia era suave y reconfortante, como si su mera cercanía pudiera alejar cualquier mal. Observándome con una sonrisa llena de cariño en su rostro, me acarició el cabello suavemente, como si temiera despertarme.
Su mano se deslizó desde mi cabello hasta mi mejilla, trazando un camino invisible que parecía electrificar mi piel. Su tacto era tan suave, tan reconfortante, que me dejé llevar por la sensación, hundiéndome aún más en el abrazo cálido de los sueños.
Minho se quedó allí, a mi lado, durante lo que pareció una eternidad. Su presencia era un recordatorio constante de que no estaba solo, de que alguien se preocupaba por mí. Y en ese momento, a pesar de que estaba medio dormido y medio despierto, supe que no cambiaría esa sensación por nada en el mundo.
—No te vayas —le pedí cuando sentí que se levantaba de la cama.
Estiré mi brazo hacia él, los diamantes en la pulsera resplandecían bellamente.
—Me daré un baño rápido y vuelvo —dijo tomando mi mano y acariciándola un poco.
—Está bien… Minho.
—Dime tesoro.
Se agachó quedando frente a mí. Con mucho esfuerzo abrí mis ojos y luego de bostezar le pregunté.
—¿De verdad no sabes nada sobre mi mamá?
Ví la sorpresa en sus ojos la cuál hizo desaparecer casi de inmediato.
—¿Por qué lo preguntas? —respondió Minho.
—Porque tienes gente especializada en eso, haz encontrado personas con mucho dinero que se escondían de tí… Mamá no se esconde de mí ¿O si? —le respondí arrastrando las palabras —Ella no debe ser difícil de encontrar para nada.
Minho guardó silencio por un momento, sopesando sus palabras antes de responder. —Voy a buscar más información, te lo prometo —finalmente dijo, su voz era suave —. Solo necesito que confíes en mí —agregó, apretando mi mano con suavidad —Vamos a encontrar a tu mamá, juntos.
Fue en ese instante cuando sentí un profundo alivio, como si una carga pesada se hubiese aligerado. La promesa de Minho, aunque llena de incertidumbre, me dio fuerzas. Mi corazón latía con la esperanza de que, de alguna manera, todo se resolvería.
Minho se levantó de la cama, sus pasos suaves y silenciosos resonaron en la habitación. Lo observé mientras se alejaba, el contorno de su figura bañado por la suave luz del amanecer que se filtraba por la ventana. Su silueta se detuvo en la puerta, y por un segundo, pareció dudar.
—Volveré pronto —murmuró, antes de desaparecer por el corredor.
Me quedé allí, tumbado en la cama, envuelto en silencio y en la suave luz del amanecer. La promesa de Minho aún resonaba en mi mente, su eco lleno de esperanza y determinación. Cerré los ojos, dejándome llevar por la sensación de calma que inundaba la habitación.
Sí, confiaría en Minho. Porque a pesar de todo, tenía la sensación de que él era mi mejor oportunidad. Y con eso en mente, me dejé llevar por el sueño, con la promesa de que al despertar, comenzaríamos nuestra búsqueda.
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Salvándote
أدب المراهقينUn chico joven llamado Han Jisung ha estado hasta el cuello de deudas desde que es adolescente. Una noche queda despedido del único trabajo en el que fué aceptado. No tiene a dónde ir, no tiene dinero ni donde caerse muerto. Decide ir al río Han y...