Eɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ ᴛᴏ ᴍᴇᴇᴛ ʏᴏᴜ [Eʟ Mᴀʀɪᴀɴᴀ] ✓

𝟹. 𝙿𝚛𝚒𝚖𝚎𝚛𝚊𝚜 𝚒𝚖𝚙𝚛𝚎𝚜𝚒𝚘𝚗𝚎𝚜

ANNALISE' S POV.

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Pasado tres días desde la muerte de mamá, llegaba a Monterrey de Guadalajara, en la mañana, llevaba dos maletas con toda mi ropa posible, Ari y Ama estarían esperándome en aeropuerto cuando llegara.

A papá le había sentado de maravilla la noticia sobre la muerte de mamá, ya que la casa pasaba ser mitad de él y otra mitad mía. Quedamos en ponernos de acuerdo para la venta de la mitad, y claro, acepto comprarla, ya que su mujer estaba encaprichada en vivir en esa casa.

Me había podido poner en contacto con Jaime, el que tipo que me vendía la marihuana, me había surtido con una buena cantidad para fumary me había pasado un contacto de un amigo del que la distribuía en Monterrey, ese alguien era de confianza.

Mentiría si dijera que no me drogue hasta que quede inconsciente, perdí la cuenta de cuántos puros me fumé, yo no era de las personas que se ponían violentas con la marihuana, en cambio, era muy pacífica, solo estaba sentada en un lugar en específico, ida, alucinando, relajada.

Por esa razón seguía haciéndolo, no le hacía daño a nadie, y podía sentirme bien y despejarme de todo lo que tenía.

Era la tercera noche que ella no estaba conmigo, la tercera noche en la que me sumía en mi mierda, tercera noche en la que la extrañaba.

Sabía que iba a estar conmigo mientras no la olvidara, pero yo la quería conmigo físicamente.

Poder sentirla, abrazaba, la había perdido hacía apenas 3 días y ya estaba siendo toda una tortura.

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@annalisealonso vía Instagram stories

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A la mañana siguiente me llevé mis dos maletas y mi mochila, todas llenas de mis cosas.

Grandes ojeras estaban bajo mis ojos, aun los tenía un poco rojos, me había fumado un cigarro antes de abordar al avión.

Obviamente, la marihuana era muy apestosa, así que trataba de siempre llevar conmigo un perfume y chicles de menta para poder ocultar el olor.

Después de un poco más de una hora de vuelo, baje del avión, hice la revisión y pase para poder salir.

Al llegar Ama y Ari estaban esperándome, me abrazaron y caminamos en dirección a la camioneta de Ari.

—¿Cómo te fue?, ¿Qué tal todo?— preguntó Ama, poniéndose el cinturón de seguridad.

—Bien, ya empezó el papeleo de la casa. Rubén va a mover todo desde allá. Solo iré a leer el contrato y firmar cuando todo esté listo.— Les conteste.