Eɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ ᴛᴏ ᴍᴇᴇᴛ ʏᴏᴜ [Eʟ Mᴀʀɪᴀɴᴀ] ✓

𝟷𝟻. 𝚂𝚞́𝚋𝚎𝚝𝚎, 𝚟𝚊𝚖𝚘𝚜 𝚊 𝚝𝚎𝚛𝚊𝚙𝚒𝚊

ANNALISE' S POV

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Estaba lista, me encontraba sentada en la sala de estar de la casa de Ari.

Mariana había quedado en venir por mí esta misma tarde, lo estaba esperando.

El día de hoy empezaría la especie de terapia para poder dejar mi adición.

No estaba tan segura de que tan bien podría salir esto, no tenía una buena corazonada, pero bueno, ya estaba aquí. Nada malo podría pasar.

Estaba sentada en el recibidor esperándolo, había hablado con Ari y le decía que iría a hacer unas cosas sobre la casa de Guadalajara.

No quería decirle nada a Ari para que no fuera a sospechar, no quería preocuparla.

Ella y Juan se acababan de ir a hacer unas cosas a la agencia, me invitaron a ir con ellos, pero insistí en quedarme aquí, en el sofá, esperando a que Osvaldo llegara por mí.

Estaba en mi teléfono, enviándome mensajes con Spreen, habían pasado casi dos semanas desde que volvimos de los premios, él y yo hablábamos mucho por mensajes, de todo un poco, me divertía mucho hablando con él.

No sabía con qué intenciones buscaba hablarme, pero al menos yo iba con intenciones de amistad.

La verdad no me sentía lista para alguna relación.

Pero podríamos forjar una gran amistad.

Y con respecto a los streams, aunque dije que iba a volver más fuerte que nunca, aún tenía que adaptarme al transmitir en vivo todos los días. Así que hacía un día sí y al otro no, solo en lo que lograba acomodarme.

No supe cuánto tiempo pasó, hasta que escuché como tocaban la puerta principal.

Inmediatamente, me levante del sillón, tome mi pequeña mochila y fui hacia abrir la puerta, obviamente era Osvaldo, no esperaba a nadie más que a él.

Camine en dirección a la puerta y al abrir me lleve la para nada sorpresa que efectivamente era Osvaldo, esperando a que saliera de la casa.

—No era necesario que te bajaras por mí. — Dije con una ceja enarcada, una sonrisa juguetona. — Bastaban con que me hubieras mandado un mensaje y yo salía.

—Bueno, ya estoy aquí. — Dijo meciéndose de un lado para otro, para esperar a que saliera.

Le respondí con una pequeña sonrisa y salí de la casa, cerrando la puerta de tras de mí.

Tenía su camioneta negra estacionada, frente a la casa.

Se me hizo un poco raro ver como caminaba al lado de mí, en dirección al asiento del copiloto, en vez de simplemente subirse al lugar del conductor.

Y me sorprendió un poco ver como me abría la puerta de su auto para que me subiera.

Lo miré con los ojos entrecerrados y un intento de sonrisa, él se veía un poco nervioso y como si quisiera sudar.

—¿Apoco sí? — le pregunté, tratando de bromear con él.

Seguía parado a mi lado, sé tras de la puerta, se veía tieso, como si tuviera muchos nervios.

—Uno quiere ser caballeroso contigo, Annalise. — Se quejó aún de tras de la puerta, esperando a que subiera.

—Y yo ya te dije que no es necesario. — Dije cruzándome de brazos.

El pareció que quería seguir hablando conmigo, pero me hizo una seña para que me subiera al auto.

—Ya déjame y súbete, niña. —Me dijo ya un poco molesto como lo hacía él.