Eɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ ᴛᴏ ᴍᴇᴇᴛ ʏᴏᴜ [Eʟ Mᴀʀɪᴀɴᴀ] ✓

𝟸𝟺. 𝙿𝚎𝚍𝚊 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚑𝚘𝚜𝚙𝚒𝚝𝚊𝚕

ANNALISE'S POV.

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—¿Cómo es que lo dejaron entrar con todo este desmadre? — pregunté riendo al ver el escándalo que estaban armando en la habitación del hospital.

Ama, Ari, Rivers y Rocío se sentaron en el sofá de la habitación, Gabriela se sentó a los pies de mi cama y los demás se quedaron de pie, Victoria se quedó de pie, sosteniendo los cientos de globos que traían, se veía muy chistosa disfrazada de payaso.

—Tenemos privilegios, reina. — Comentó Roier acercando el carrito con la comida a la cama.

—¿A poco los dejaron entrar con todos estos globos? —preguntó Osvaldo.

— Y con comida para comer aquí todos contigo. — agregó Ama.

—Pero están prohibidas estas cosas. — avisé confundida.

—Para nosotros nada es imposible. — Dijo Ari, guiñando un ojo.

—No por nada somos la élite de Twitch. — Rivers les siguió el juego.

—No hay nada que la élite no pueda hacer. — También se burló Aldo.

—Pero yo no soy Élite. — Avisó Victoria, con un tono triste.

—Ya te juntas con nosotros, bienvenida a la Élite. — Anunció Roier.

—Omg, mi sueño siempre ha sido ser parte de la élite. — dramatizó.

—Después te daremos la bienvenida que te mereces. — Dijo Ari.

—Ya bien, ¿Cómo le hicieron para entrar, cabrones? —Cuestionó Osvaldo.

—Sobornamos a los pinches guardias para que nos dejaran entrar con todo este desmadre. — agregó Aldo

—Nos tienen un chingo de miedo. — También habló Juan. — les dijimos que si no nos dejaban entrar, Roier le iba a meter un putazo.

—¿Apoco sí? — pregunté, tratando de comprimir una risa.

—Sí, wey. Yo creo que nos vieron cara de malotes. — agregó Aldo.

—En conclusión, tenemos privilegios que la demás gente no. — dijo Roier.

—Si a privilegios le llamas que el director del hospital es profesor de Gabriela, entonces si tenemos privilegios. — Dijo Rocío arruinándoles la mentira.

Osvaldo y yo estallamos en una carcajada, porque todos le empezaron a gritar cosas a Rocío.

—¡Chingada madre Rocío! — Le gritó Roier.

—Al chile, Rocío, nomas, sabes cagar el palo. — La regañó Aldo.

—No sean mentirosos. — Les advirtió Rocío.

—Era para vernos chingones. — Hablo Juan.

—Si alguien tiene privilegios soy yo, que si no fuera la alumna favorita del profesor Montes no estaríamos todos aquí. — Dijo Gaby con orgullo.