Capitulo 59

37 4 12
                                    

Alguien ha comenzado a tocar mi puerta.

—¿Sí? —respondo con la nariz congestionada.

—Soy Magda, ¿puedo pasar?

—Adelante.

—Hola, cariño —me dice mientras entra con una bandeja. —Te he traído una taza de té y un croissant, sé que te gustan mucho.

—Gracias —respondo levantándome de la cama.

—Ya estas más tranquila.

Sonrío falsamente.

—Supongo que no —toma mi mano. —Bébelo, te aseguro que te caerá bien.

—Sabes, ¿qué es lo que pasa? —pequeñas lagrimas brotan de mis ojos. —Por más que lo intento, no puedo entenderlo.

—Nadie puede cariño, él siempre termina decidiendo por todos.

—Me ha tratado horrible.

—Lo sé, debe ser muy difícil.

—Él es todo para mí —el llanto ha regresado.

—Ven aquí —me dice ofreciéndome sus brazos. —Sé que él te ama.

—Si es así, ¿por qué me hace esto?, ¡¿por qué me hace daño?!

—Quiero pensar que es su estúpida forma de ofrecerte una mejor vida.

El recuerdo de él y yo hablando sobre huir de Italia viene a mi mente. En el fondo él desea una mejor vida, fuera de todo este infierno.

—¿Tú crees que lo esté haciendo por mi bien?

—Apuesto que es así. No puede ser tan patán, para comportarse así contigo. Debe de haber alguna razón fuerte para que lo haga, ya te han pasado muchas desgracias desde que te involucraste con esta familia.

—Tal vez se trate de una pésima estrategia.

—Es lo más seguro, confróntalo has que se confiese por sí solo, hazlo doblegar.

—¡Ya lo intenté! Y aun así me corrió.

—¿Y por qué no aprovechas? Vete Mia, sal de esta casa, distráete un poco, visita a tu familia. Si estando allá afuera aun deseas regresar, él te aceptará sin dudarlo, sentirá tu ausencia, te extrañará y valorará más tu compañía.

—¿Tú crees?

—Claro que sí, qué mejor persona para decírtelo qué su nana.

Comienzo a reírme de su comentario.

—Dale por su lado, verás que funciona.

—Gracias Magda, eso haré.

Cerca de las 6 comienzo a despedirme de todos mis compañeros, incluyendo a la señora Anelle, el señor Aroham, Arleth y Arek. Me duele tener que irme de este lugar.

—Mia... te voy a extrañar —me dice Nora dándome un gran abrazo. —No puedo permitir que te vayas.

—Tengo que hacerlo.

—Eres mi hermana, ¿qué voy a hacer sin ti?

—Tienes a Dinora, estoy segura de que hacen muy buena combinación, jamás te aburrirás con ella.

Nora comienza a reírse y le surgen algunas lágrimas que de manera casi inmediata retira de sus ojos.

—Todos sabemos que Abrah es un idiota, pero también que te ama, estoy segura de que todo se solucionará.

La Décima Sexta ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora