Capitulo 67

45 7 9
                                    

—¿A dónde vas? —me pregunta Abrah, tomándome de la mano.

—Lo siento, no quería despertarte. Iré a ver a Nora, necesito charlar con mi amiga.

—Entiendo, no tardes —me dice girándose y volviendo a su sueño.

—No tardaré —le doy un beso en la mejilla.

Me pongo mis pantuflas, mi bata y tranquilamente salgo de la habitación sin hacer mucho ruido. Me voy directo al ascensor y presiono el botón de planta baja. Son cerca de las 10pm, seguramente algunos de mis excompañeros estarán cenando.

En el momento que se abren las puertas me deja en evidencia, como les dije, están cenando.

—¡¡Mia!! —exclaman en unísono.

—¡Hola a todos! ¿Cómo están?

—Mejor que tu no, eso es seguro.

Se escuchan risas por aquí y por allá.

—Estoy feliz de verlos. Francesca, la cena estuvo deliciosa.

—Gracias Mia, es un placer.

—¿Dónde está Nora?

—Se fue a dormir, ha trabajado mucho estos días —responde el pequeño Gael.

—Ya veo... iré hablar con ella, enseguida regreso.

—¡Claro mi niña! Es tu casa —dice Emilio y todos se echan a reír.

Bajo al sótano, y todos los demás empleados me ven con ojos de sorpresa, ¡por dios! Como si nunca hubiese estado aquí abajo.

—Hola... —toco ligeramente la puerta.

—Adelante.

En cuanto entro la veo recostada en su cama, tapada con la cobija hasta el cuello.

—¿Así recibes a tu mejor amiga?

—¡Mia! —grita levantándose de su cama. —Desgraciada, ¿cuándo regresaste?

—En la tarde, no había podido bajar, lo siento.

—No te preocupes, seguramente tu "esposo" no te deja...

—No seas tonta.

—¡Cuéntame! ¿Cómo estuvo tu luna de miel? —me pregunta con doble sentido.

—Estuvo bien, ¡realmente estuvo muy... bien!

—¡Maldita mujer! Eres una zorra.

—¡¿Cómo te atreves a decirme eso?! Ahora soy tu jefa.

—¿Así? ¡Toma! —me comienza a dar de almohadazos. —No me importa que seas la señora, te golpearé.

—Espera —le digo tomando un cojín y aventándoselo. —Me gusta la pelea de almohadazos, pero tengo que decirte algo.

—No quieras engañarme —me pega justo en la cabeza.

—¡Hablo enserio! Nora, espera —la aviento contra su cama.

—¡No vas a jugar sucio!

—¡Estoy embarazada! —suelto. 

—¡¿Que?! —se queda quieta con una almohada sobre la cabeza. —¿Embarazada?

—Si... —le sonrío.

—Maldita, júrame que no estas bromeando.

—Te lo juro.

—¡Ay, Mia! —exclama entre sollozos. —¡¡Voy a hacer tía!!

—¡¡Si!! —ambas saltamos abrazadas por toda la habitación.

La Décima Sexta ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora