Miranda me llamó.
-Dice Darek que ya puedes ir tranquila a la cafetería. Supongo que me tienes que explicar esto porque me quedé sin saber que decirle.
Miré el reloj solo había estado una hora y media en el pueblo. Mucho menos de lo que había pronosticado su hermano.
-De acuerdo.
-También...-se rió.
-¿Qué?
-Pidió permiso para tener tu número de teléfono. No sabía que podía comportarse tan tímido y lindo. En el pueblo va a empezar a molestarlo por eso.
Miré con mala cara a la pared que tenía enfrente.
-No es buena idea. Dile que solo lo utilizo para el trabajo.
Suspiró.
-Si, una excusa genial. Supongo que se lo merece por no pedírtelo directamente. Ven a mi casa y me comentas las últimas novedades.
Fui de buena gana, no había motos y eso me extrañó. Me habría acostumbrado tenerlas rondando mientras caminaba por el pueblo al anochecer.
Incluso Miranda se extrañó cuando me vio aparecer sola.
-¿Será que tienen mucho trabajo?
En el sofá le comenté que Darek no quería que viera a su hermano mayor, Kerr.
Miranda se quedó con la boca abierta.
-¿Tanto miedo tiene de que te enamores de él a primera vista?
Rechacé su opinión con una mano.
-No va por ese camino, parece temerlo. Estaba muy preocupado, era una advertencia. No eran celos ni nada de eso.
Pero Miranda no estaba de acuerdo conmigo.
-Kerr no es mal hombre, solo tiene una mirada triste y habla poco. Lo normal por lo que le sucedió.
Me encogí de hombros, no podía juzgar la situación porque era muy extraña; pero Darek era sincero, no mentía en su voz.
Hablé un poco más y me despedí de ella prometiendo ir a la cafetería para desayunar.
Caminando de noche escuché unas pisadas detrás mía. No me giré porque pensaba que me iban a adelantar en poco tiempo pero se mantuvo muy cerca de mí, podía tocarme si quisiera. Me giré de lado, la luz de la farola iluminaba muy poco sus rasgos pero su pelo rubio me pudo dar una pista, lo supe de inmediato al ver la misma calcada de odio de su hermano pequeño. Kerr Amery.
Me lo quedé mirando, impactada. Él parecía temblar con mucha rabia, su cuerpo emitía chasquidos antinaturales. Retrocedí y casi tropiezo por las piedras sueltas del camino.
Los motores de las motos empezaron a escucharse a lo lejos.
-Aléjate de mi hermano -rugió con voz muy ronca como si llevara años sin hablar y la tuviera oxidada.
Me agarró por el cuello de la camisa y me levantó a la altura de su ojos, di patadas al aire. Me soltó de pronto y caí al suelo con violencia.
No se fue por los caminos convencionales, se dirigió a la carrera hacia el bosque en completa oscuridad.
Cuando los motoristas me encontraron yo estaba temblando en cuclillas, yo no había visto a un hombre, mi ojos con mi don habían visto una bestia, un monstruo jamás visto, ¿podía existir algo así?
-¿Estás herida? -me preguntó Joel agachándose a mi lado, me pasó una mano por la espalda, dándome un ligero masaje.
-¿La llevamos con Darek? -Robin le preguntó a Sam, el segundo de Darek.
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La sombra del Alfa
WerewolfXaria decide mudarse al pueblo de Halemt, lugar de nacimiento de la abuela que nunca conoció. Se decidió tras leer sus diarios y comprender que ambas tenía un don para ver cosas que los demás no podían ver. Sin embargo, hay cosas que es mejor no ver...