Darek llegó en plena tormenta de lluvia, estaba completamente mojado y se sacudió como lo hacían los perros cuando estaban recién bañados. Lo metí con prisas. Dejó un rastro de pequeños charcos y le pasé la fregona y el limpió su desastre, obediente. Rebusqué en mi armario ropa seca y se la di.
Darek vio la talla de las ropas que le quedaban perfectamente.
-¿Por qué tienes ropa de hombre? Incluso pantalones -acusó, frunciendo los labios.
-Siempre le robo ropa a mi jefe cuando me quedo a dormir en su casa en situaciones de emergencia. Y luego, me olvido de regresarla. Es bastante cómoda la ropa de hombre -admití sin vergüenza.
-Espera, espera -Darek pareció marearse -¿Qué acabo de escuchar? Todo mal.
-Eres un malpensado -era como si pudiera escuchar sus pensamientos y me enfadé -. Mi jefe no me ha visto de forma lasciva como cierto Amery que tengo delante. Mi don ve perfectamente como es y no es ningún pervertido.
Pareció creerme pero miró con desprecio las ropas, empezó a quitarse la camisa.
-¿Qué haces? Vete al baño para cambiarte -grité horrorizada en completo pánico.
-No me importa que me veas desnudo -Darek se desabrochó los pantalones.
Yo me fui al porche dando un portazo.
Tras unos minutos asomó la cabeza por la ventana.
-Entra, ya estoy vestido. Era solo una broma -dijo con una sonrisa pícara.
-¡Ja! Nadie cree en tus mentiras.
Pero entré e hice café para ambos.
-¿Cómo vas? -preguntó viendo la pila de papeles.
-Voy mal.
Me habían traído hace una hora el reloj pero todavía no lo había revisado porque me había entretenido demasiado leyendo los diarios de los Amery.
Se fijó en los diarios apilados de sus antepasados en la mesa del comedor.
-¿Empezaste a leerlos?
Asentí.
-¿Por cuál empezaste?
-Uno de los más antiguos -mentí con rapidez.
Me daba mucha vergüenza decirle que había empezado por el diario de uno de los cuatro hermanos que estuvieron con mi bisabuela. De forma íntima. Los cuatro. El diario era muy explícito, y no dejaba nada para la imaginación, como si fuera una novela erótica repleta de metáforas y descripciones del cuerpo de mi antepasada. No se como tuvo la suficiente osadía de estar con cuatro hombres a la vez. Con cuatro Amery.
Darek cogió justamente ese diario. Yo me sonrojé.
-Solo nos dejaban leer este cuando éramos mayores de edad. Siempre tuve curiosidad de lo que decía pero me pareció bastante "vainilla" -se encogió de hombros, para demostrar su decepción -pensaba que iba ser más fuerte, una orgía o algo así como mínimo.
Yo me mareé de sus palabras.
-Así que ya los ha leído -dije y apoyé las manos en la mesa para no perder el equilibrio.
-El de los cuatro -aclaró -, pero no dicen nada diferente. Eran hombres sin mucha imaginación en la cama-agitó el diario -será mi lectura ligera mientras trabajes.
Fingí no escucharle. Me senté al lado de la la mesita de café y volví a mi tarea.
Darek se tumbó en el sofá.
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La sombra del Alfa
WerewolfXaria decide mudarse al pueblo de Halemt, lugar de nacimiento de la abuela que nunca conoció. Se decidió tras leer sus diarios y comprender que ambas tenía un don para ver cosas que los demás no podían ver. Sin embargo, hay cosas que es mejor no ver...