Volví de mis clases de cocina con un aprobado justo. Quemé una parte del filete pero el resto fue comestible. Joel y Kylian me esperaban a mitad del camino con sus motos, Se acomodaron a mi ritmo y empujaron sus motos yendo cada uno a un lado de mis hombros, dejándome en el medio.
Los del pueblo no parecían extrañados por la escena pero yo me moría de la vergüenza.
Le enseñé mi creación hecho filete abriendo el tupper y Joel, interesado, agarró un trozo, masticó y se puso pálido. Le acerqué otro trozo a Kylian, que tosió, pero se lo comió, obediente.
-Es mejor que sigas ganándote la vida como detective, puajj -Joel sacó la lengua -¿Sigo teniendo lengua? ¿Se me ha caído?
Joel escupió el trozo porque no se lo pudo tragar entero.
Yo miré el trozo tirado en el suelo.
-Pues he mejorado. Miranda me hizo cumplidos.
-Por qué no quiere desanimarte -explicó Joel con un bufido -esto podría clasificarse como un intento de asesinato.
-Kylian parece estar bien, eres un criticón. No creo que tú puedas hacerlo mejor que yo.
-Ese no es el tema. Y Kylian se come lo que sea, no es válido. Es el más animal del grupo. Lo he visto comer carne cruda cuando no tiene paciencia a que se cocine.
Intenté que Kylian soltara una palabra para que me defendiera pero Joel negó con la cabeza.
-Nunca ha hablado.
-¡Ah!
Le hice lenguaje de señas, las pocas que sabía.
Pero Kylian me miró sin comprender.
-No es que sea mudo -explicó Joel -, es que no puede utilizar lenguaje humano, nosotros si podemos entenderlo.
-¿Eh?
-No quieras escucharle. Su madre todavía se lleva sustos todavía si lo escucha de casualidad. Su voz puede dejarte trastornada. Incluso los "bichos" se asustan cuando lo escuchan en el bosque.
-De acuerdo -me rendí de inmediato a pesar de la enorme curiosidad que sentía por escuchar su voz.
Kylian era el más pequeño del grupo, casi tenía mi estatura, parecía menor de edad cuando le pregunté su edad a Joel, se rio.
-Es mayor que yo, por cuatro años.
Los obligué a que estuvieran en el porche y no alejados a quince metros de mi casa, que era lo que pretendían originalmente. No sabía porqué era tan escandaloso que pudieran entrar en mi casa pero no pude lograr que entrara en ella a pesar del frío por mucho que insistiera. De por sí, estar en el porche era como si yo le hubiera pedido algo ya bastante grave.
Les pasé más comida de Miranda guardada en la nevera y eso si Joel se lo comió con gusto. Incluso le robó la parte de Kylian, porque el chico no hizo ningún gesto para comerla. Parecía un soldado haciendo guardia de turno. Estaba firme en su asiento y su espalda no estaba relajada. Joel en cambio tenía las piernas estiradas y se acomodó en el banquito que se columpiaba. Arnold lo aseguró mejor para que no hubiera accidentes pero aun así me maravilló que mantuviera el peso de aquel gigante.
Kylian observaba en silencio a los lejos, parecía ver muy bien. Sus ojos marrones me parecieron agudos, con buenos reflejos.
-¿Kylian se ofreció o Darek le obligó a trabajar horas extras contigo para ser mis niñeros? -le pregunté cuando les pasé café recién hecho, aunque ya sabía la respuesta.
Las órdenes de Darek eran absolutas. Ellos lo llamaban líder pero para mí era un simple tirano que se aprovechaba de su posición.
Pero Joel me dejó sorprendida aún más con la realidad.
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La sombra del Alfa
VlkodlaciXaria decide mudarse al pueblo de Halemt, lugar de nacimiento de la abuela que nunca conoció. Se decidió tras leer sus diarios y comprender que ambas tenía un don para ver cosas que los demás no podían ver. Sin embargo, hay cosas que es mejor no ver...