Parte 11

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Al salir de mi casa, Joel ya estaba esperándome. Me saludó con la mano y yo también lo saludé con resignación.

-¿De día ahora también? -le pregunté -¿Te pagan las horas extras?

Joel sonrió.

-Me temo que así son las cosas.

Me dijo que podía montarme en la moto para llegar más rápido a la cafetería, pero me negué en acto, a todos ellos les gustaba una velocidad muy peligrosa para un pueblo pequeño.

Darek nos esperaba nervioso afuera en el aparcamiento donde estaban todas las motos en filas, dentro ya estaban los chicos atacando su desayuno.

Joel estacionó la suya, e hizo un gesto hacia Darek y entró en la cafetería.

Darek y yo nos quedamos mirando un largo rato en silencio.

-Siento lo de anoche, me descuidé. Mi hermano nunca se ha comportado así. Pensé... que a pesar del historial familiar él podía soportarlo mejor.

Asentí, porque no sabía qué decir.

-¿Se repetirá? -pregunté al final -digo, para estar prevenida.

-Dame tú número -pidió en un susurro.

Se lo di.

-Solo para emergencias -le avisé -lo necesito libre para que mi jefe me llame, no respeta los horarios.

Entramos juntos, los chicos me hicieron un hueco en su mesa, uno muy pequeño que si intentaba utilizarlo podría ser aplastada si me atrevía a respirar. Rechacé la oferta en silencio y me senté en mi mesa habitual. Miranda ya me tenía mi desayuno de campeones (con un regalo de postre de gofre recubierto de azúcar) la alabé como la diosa que era y pinché los trozos repartidos por el plato.

Miranda se sentó cuando los comensales empezaron a irse a sus trabajos y la carga de trabajo se relajó.

-¿De qué hablaste con mi abuelo?

La miré, indecisa.

-¿Sabes las historias del pueblo? La de los monstruos...los que se disfrazan de humanos...todo eso...

Ella asintió.

-Siempre nos asustaban desde niños con esas historias para que no hiciéramos travesuras por el bosque, pero al crecer me di cuenta que algunos adultos, incluido mi abuelo las creen de verdad. En mi caso, yo no he visto nada parecido. Pero es verdad que yo no voy al bosque, a los más profundo. los que recogen las raíces medicinales si tienen motivos de peso para estar asustados, dicen que hay cosas inexplicables, algo no humano que merodea. Pero los ataques son muy pocos y la mayoría son de osos así que me parecen historias para no dormir solo eso.

Comía en silencio cuando hablaba.

Los chicos pagaron la cuenta y se fueron, Darek salió el último y se despidió con una mano. Yo hice un gesto con la cabeza.

Miranda vio la escena.

-¿Qué pasó en la noche? Llegaste con un rostro como si hubiera visto algo horrible.

-Kerr Amery -anuncié -dijo que me alejara de su hermano, con un tono bastante amenazante.

Miranda se tapó la boca por la sorpresa.

-No se lo cuentes a las demás -le advertí -Arnold me dijo que es algo entre Amery y Edevane, y el hecho de que no crecí en el pueblo. No se comporta como es normal en él.

-Mi abuelo si se guarda ciertas cosas, ¿Eh? -se cruzó de brazos, ofendida -esto no se va a quedar así.

- Adelante. Ambas le sacaremos toda la información que podamos.

La sombra del Alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora