Parte 30

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Joel, como siempre, me recogía al finalizar las clases de cocina para llevarme a casa. Se volvió popular entre las chicas. Ya era frecuente que le pidieran que fuera catador a ciegas para que fuera más justo y opinara sobre las creaciones. Probó la pasta recubierta de salsa casera y carne molida. Escupió en la papelera.

-Esta aberración es de Xaria, sin ninguna duda.

Me emocioné.

-Increíble, mis platos son de verdad únicos para que puedas diferenciarlos entre los demás.

Gruñó y tomó un gran trago de agua.

-No es algo de lo que debas estar orgullosa. Cielos, Xaria. Un día me matarás de verdad.

-Prueba mi filete -insistió una de las chicas apartando mi plato a una esquina.

Sabían que ofrecerle carne a Joel era un éxito asegurado.

Cuando se enteraron de que era mi "hermano" y tenían libertad para ello; empezaron algunas a coquetear con él a pesar de que Julia no recomendaba salir con un guardabosques. No es que odiara a Joel, de hecho era uno de lo que más le agradaba de la pandilla pero no se fiaba de que pudiera complacer a una novia. Sabía que estaba igual de comprometido con el trabajo que Robin.

Seguían intentándolo a pesar de todo. Algunas le daban su número y le pedían una cita, otras las más lanzadas le tocaban los brazos mientras hablaban y rozaban el cuerpo contra el suyo.

Joel se ponía tímido y rojo por las insinuaciones y terminaba negándose a una cita pero perdía perdón por ello. Eso hizo el efecto contrario y ahora estaban más obsesionadas con él.

-¿Cuál es su tipo? -me preguntaron a escondidas mientras comía otro plato y lo alabó con entusiasmo.

La chica le pasó la mano por la espalda y Joel se puso rojísimo.

-Le gusta la mujer que da el tiempo -les confesé -no se pierde ni un solo día las noticias para verla o lo graba para verlo después si está ocupado.

-¿La del canal 4?

-Sí, esa.

Era una mujer de pelo corto y con gafas de montura negra con un cuerpo impresionante. Miraron a la chica que más entraba en esa descripción pero ella ya tenía pareja, se rio, disculpándose.

Nos despedimos de ellas tras la cata de Joel y fuimos rumbo a mi casa. Me fui con mi creación en un tupper.

-No sé como has podido no mejorar nada -me criticó Joel arrastrando su moto a mi ritmo -si no te conociera, diría que los haces adrede. Todas las demás cocinan de maravilla, no necesitan clases de Marina.

-Marina dijo que estaba bien mi pasta, que la salsa tiene carácter.

-Marina es demasiado permisiva contigo -bufó -¿Cómo es posible que una pasta quede cruda y sobrecocianada al mismo tiempo? Y la carne molida me supo a carne de wendigo, con eso te lo digo todo.

Siguió criticando mi cocina mientras yo me reía por sus ocurrencias. Vimos a alguien sentado en el porche de mi casa, era Darek. Escondí el tupper con vergüenza detrás de mi espalda. Podía soportar los comentarios de Joel pero no creía que pudiera tener una buena cara si Darek hiciera un gesto de asco por la comida que hacía.

Joel se despidió de buenas maneras de nosotros y se alejó para dejarnos a solas. Había decidido que su rencor iba a estar dirigido solo a Kerr desde lo que pasó y ahora Darek era su nuevo favorito.

-¿Qué estás escondiendo? -preguntó Darek con una sonrisa.

Se pegó a mí como un imán abrazándome por detrás, aprovechándose de que yo me peleaba con las llaves para abrir la puerta.

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