Parte 14

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Ya había llegado a casa hace unas horas, pero esperé con Joel en el porche porque no quería que le pegaran dos veces el mismo día. Pero no apareció Darek, fue uno de sus chicos.

Joel hizo el relevo con Robin.

-¿Por qué no nos esperaron en la frontera? -preguntó Joel, extrañado.

-Un... -me miró y decidió censurar la repuesta -apareció un bicho, "ya sabes". Tuvieron que ir todos porque Kerr estaba desaparecido. Supongo que os persiguió. Nos dio muchos problemas su ausencia. Era como si hubiera aprovechado el momento para acercarse al pueblo y cazar más personas de golpe.

Joel alzó las cejas.

-Si, vino -Joel se levantó y me sacudió la cabeza con su manaza, revolviendo mi pelo -no te metas en más problemas por hoy, me has quitado diez años de vida.

Le saqué la lengua porque su tono era bromista pero al momento me sentí culpable de todo lo que tuvo que pasar.

Robin llamó a Miranda y nos trajo comida.

Me miró espantada.

-Tienes una pinta horrible, ve a descansar después de comer.

-A sus órdenes.

Me bañé y comprobé con un espejo pequeño y con el del baño, mi espalda, estaba horrible, se veía la forma completa del garrote, y se había formado una mancha que empezaba a oscurecerse. Miré la camisa de Kerr con ganas de tirarla a la basura pero al final la guardé en un cajón con molestia. Me acurruqué en la pequeña cama y me quedé dormida al instante.

Unos sonidos me despertaron. Llamaron a la puerta, me fijé en el reloj, eran las dos de la madrugada.

Gruñí. El único que me molestaba a esa horas era mi jefe, cuando abrí la puerta era Darek, intenté cerrarla de nuevo pero bloqueó mi intento con un pie. Entró con facilidad y me volteó, me levantó la camisa para verme la espalda.

-¡Qué haces! -intenté darle una bofetada pero la esquivó fácil.

-Quédate quieta -la revisó un rato -acuéstate, traje una pomada para aliviarte un poco el dolor.

-Dámela, puedo hacerlo yo.

No me hizo caso y me arrastró al sofá, forcejeamos pero era demasiado grande y fuerte, me la aplicó con demasiada lentitud. Demasiada. Le di un codazo en la garganta y por fin se incorporó. Me bajé la camisa, gruñendo por la rabia.

-Sois...insoportables...os comportais como animales...

Darek se rio.

-Ya sabías eso. No puedes sorprenderte ahora.

Lo miré, insegura.

-¿Joel te contó todo lo que pasó?

Darek asintió.

-Por eso estaba tan enfadado por teléfono. Sabía que si te ibas, Kerr te perseguiría por instinto y yo no podría marcharme. Somos lo únicos Amery que estamos cualificados para el trabajo de líder. Mi padre y mis tíos están muy mayores y débiles para algo como eso. Y mis primos son muy pequeños. Además, mi grupo necesita mis órdenes. Siempre tiene que haber un Amery para cuidar a Hamlet de los...

-Robin lo llamó "Bicho".

Darek se rio.

-Tu los conocerás como "wendigo". Al menos es lo que se parecen, pero algunos, no todos, pueden transformarse en humanos y engañar a la gente común-se tocó la nariz -pero yo soy capaz de oler sus mentiras, no me pueden engañar. Huelen muy mal, a podrido.

La sombra del Alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora